Los misterios de la ceremonia del té

«Yo busco la esencia de las cosas». Lo dice el salmantino Vidal Hernández Sesisdedos que presenta en la Feria de Cerámica de la Plaza de San Marcelo todo el misterio del rakú, un procedimiento japonés que va más allá de la propia cerámica, se trata de toda una filosofía que gira en torno a la mítica ceremonia del té. El rakú es un procedimiento que viene de Oriente y que ha causado un gran interés entre los ceramistas de los países occidentales que lo están empleando de muy diversas formas. «La particularidad del enfoque que yo le doy -dice Vidal- es que me interesa mucho más el sustrato filosófico que la técnica en sí misma. La técnica es muy espectacular, pero no es la faceta que más busco, prefiero sumergirme en la espiritualidad que encierra, tanto en la elaboración del cuenco como en misma ceremonia del té, que es un rito cargado de sentido que se celebra en entornos monacales de Japón. El rakú nace un el seno de una familia que se dedica exclusivamente a la creación de cuencos para el té. Pero en occidente esta técnica ancestral se emplea en multitud de vertientes creativas». A Vidal le gustaría acercarse al entorno de Musac con sus creaciones. «Yo estoy buscando desde hace mucho tiempo un nexo entre el arte popular, en este caso el rakú, y el arte contemporáneo. La dialéctica que empleo en el rakú me aporta unos soliloquios realmente significativos en cuanto al empleo del pincel y el arte de esmaltar. En este momento intento descubrir nuevos espacios donde mi intervención tome una dimensión realmente actual, pero siempre con un vínculo muy importante con el pasado, con la tradición, la filosofía y arte orientales». La implicación de Vidal Hernández Seisdedos con la cerámica vine de lejos. «Mi trayectoria ya es muy larga dentro del territorio de la cerámica. Mi primera actividad no fue la de tornero sino la de pintor de vasijas, con un compañero con el que sigo trabajando. En la Feria de Cerámica presento una síntesis de los elementos que empleo para mi trabajo. En este pequeño taller prima la esencialidad, tanto en el utillaje como en los procedimientos con los que trabajo. Traigo un horno portátil para operar casi individualmente con las piezas. Lo importante es que la gente conozca un procedimiento que es muy íntimo, digamos que lo que aquí realizamos es un acto íntimo hecho público».