Duelo de comunicadores entre Prats, Milá, Gabilondo, Piqueras y Mendizábal Fiasco Afganistán, en la encrucijada Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi sifsdifisd xxx xxx

Los informativos entre las 20.30 horas y las 22.00 están de lo más animado en las generalistas. Tanto que la diferencia la ponen sus presentadores, al coincidir las noticias en un 80 por ciento, dejando lo singular para su dotación de medios (corresponsales, por ejemplo) y sus variados recursos visuales. Es más, y a no ser que se antepongan prejuicios ideológicos, invitan a practicar zapping al estilo baile de San Vito, saltando de uno a otro canal. Matías Prats, Lorenzo Milá, Iñaki Gabilondo, Pedro Piqueras, la recién incorporada Mamen Mendizábal, o el trío Rosa Castro, Ana Pérez y Patricia Vilar en la Galega, se reparten un generoso pastel de audiencia que confirma rotundamente su gusto por estar bien informados. En fin, que no toda la tele es basura. Gana Matías Prats ligeramente y pierde Mendizábal por goleada, quedando en medio el resto, aunque sin muchas diferencias entre ellos. A todo esto, y en clave local, la Galega pretende que su Telexornal Serán se acerque a las excelentes cifras que cosecha Galicia Noticias, que el martes fue el más visto por la audiencia gallega. Nuevo fracaso en la cuenta de TVE-1: el concurso educativo (o así) El primero de la clase , cuya audiencia descendía esta semana hasta el 9,8%. Aquí habíamos saludado este programa con cierta esperanza. Ahora el juicio tiene que virar, y no sólo por el share , sino también por el carácter que el programa ha ido cobrando. Hay muchos factores que hoy hacen inviable el éxito de un programa así. Primero, que en el prime time se compite esencialmente sobre el terreno del espectáculo, y un concurso con niños siempre será menos espectacular que cualquier película de acción, por mala que sea. Segundo, que el perfil medio de la tele ha abandonado hace tiempo cualquier preocupación de tipo pedagógico, formativo, de manera que un programa ligado al mundo de la educación necesariamente aparece como algo insólito y extravagante. Tercero, que el espectador español, en general, nunca ha sido especialmente proclive a aceptar que alguien le enseñe algo -y hoy lo es todavía menos-, lo cual grava el 'share' de los concursos de conocimientos con un oneroso peaje de entrada. Los creadores del programa han tratado de eludir esos escollos con otras tantas maniobras que han sido contraproducentes. Para ganar espectacularidad se ha puesto el acento en los famosos y sus gracias, pero eso hace que el programa gravite en torno a la mayor o menor simpatía que cada famoso suscite. Para aliviar la extravagancia de los contenidos pedagógicos se hacen guiños a eso que se llama «cultura popular», como el rap o el hip-hop, pero esto crea en el espectador la impresión de que en esas aulas no se enseñan cosas serias. Para rebajar el tono docente se echa mano -y con abundancia- a los recursos del reality-show , pero entonces el programa pierde inmediatamente el tono familiar, que era uno de sus principales reclamos. Algo, en fin, ha fallado. Esto es sólo una opinión personal y, por tanto, seguramente apresurada y zafia, pero quizás El primero de la clase hubiera podido funcionar mejor con un planteamiento algo más modesto, por un lado, y más serio por otro: como programa de tarde de domingo, lejos de las inclemencias del prime time , pero más cerca de un público familiar en sentido amplio; con menos protagonismo para los famosos y con mejor acuerdo entre la materia del concurso y los contenidos docentes de verdad. Con esos mimbres no podrá fabricarse un superespectáculo triunfal, pero sí un programa eficaz y accesible, ese tipo de programa que uno, en casa, puede dejar puesto durante dos o tres horas sin temer que los niños lo vean. ¿Qué share puede lograrse con eso? ¿Un 14 ó 15% en la franja tonta del fin de semana? Ya sería más que lo obtenido en el prime time . Y sobre todo: prestaría un mejor servicio al público. Hace apenas cinco años la campaña militar liderada por Estados Unidos en Afganistán acabó con el régimen de los talibanes y con el santuario de Al Qaeda . En Portada ha viajado al antiguo país de los burikas para conocer de cerca su actual situación, cuando se ha producido un resurgimiento de los talibanes y otros insurgentes como terroristas internacionales, narcotraficantes o delincuentes. Texto Texto Texto Texto TEXTO XXX