OPINIÓN
El deán y las ovejas berronas
DIJO el déan Felipe Fernández Ramos, ante los atónitos feligreses que asistieron a la misa dominical de la Catedral, que los niños de la escolanía de Puericantores de este templo son como «ovejas berronas». Toda una lección de tacto y de caridad cristiana. No es de extrañar que se viera obligado a huir por una puerta trasera, para esquivar el sopapo de algún padre airado. Resulta incomprensible que un canónigo que presume de tener un oído exquisito haya esperado cinco años para percibir los gallos del coro infantil. Aunque fuera cierto que desafinan, su actitud y su forma de proceder le desacreditan. Es mezquino vapulear públicamente a unos niños que llevan cinco años de ensayos. Y sería terriblemente cruel que, si no tienen talento musical, se hayan podido crear falsas expectativas. El deán no quiere escolanía. Es de esperar que cantará él. Estamos impacientes. No nos lo perderíamos por nada...