Kiri Te Kanawa quiere «llevarse» el Auditorio de León a Inglaterra

Kiri Te Kanawa sedujo a León y León sedujo a Kiri Te Kanawa. La soprano neozelandesa abarrotó el Auditorio -incluido el anfiteatro-, del que dijo, tras su actuación, que era un escenario «hermosísimo» y que tenía una acústica «increíble», razones por las que confesó que le gustaría «llevárselo» para Inglaterra. La soprano recorrió todo León horas antes de enfrentarse a un público entregado, aunque en algunos momentos un poco distante y carrasposo -se ve que la gripe empieza a hacer estragos-. La cantante fue puntualísima en el escenario, acompañada por su magnífico pianista, Julian Reynolds, que la mimó y cuidó durante todo el concierto e, incluso, cantó con ella. La soprano lució un traje oscuro brillante durante todo el recital aunque sí se cambió dos veces de zapatos. La diva comenzó a caldear el ya predispuesto Auditorio con una serie de cancianas mozartianas, que son el sello inconfundible de la soprano. El público lo aplaudió todo, sin dejarle acabar ni siquiera los grupetos de canciones de cada autor. Seguidamente, Strauss hizo por fin aparición y aquí Kiri destapó el frasco de las esencias para mostrarnos que sigue siendo la mejor voz straussiana de los últimos treinta años. Filados y smorzatures , apoyados en un legato perfecto, hicieron las delicias de un público que en todo momento se encontró cara a cara con una soprano de las que ya no hay. Kiri Te Kanawa hizo múltiples guiños al público del anfiteatro, en el que varios niños, y les aplaudió incluso y cantó varias canciones vuelta hacia ellos. «Prometo volver» Pese a que cantó en cuatro idiomas, incluido el español, no pudo dirigir unas palabras a los espectadores, al no dominar apenas el castellano. Kiri Te Kanawa además de encantada con la ciudad, que le soprendió especialmente, manifestó ya en privado que «el público leonés era cercano, cálido y entendido». Concluyó asegurando: «Volveré a León siempre que me llamen, posiblemente el año próximo».