Vilches no añora a Cruz, que se hace impopular como gerente del hospital Pocoyó Persiguen a Michael por la selva Mara Torres, nueva cara informativa Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi

Como la actriz Alicia Borrachero tenía que ausentarse de la serie para rodar en Colombia El amor en tiempos de cóler a, a las órdenes del británico Mike Newell ( Cuatro bodas y un funeral , entre otras), los guionistas de Hospital Central ascienden a su personaje Cruz al puesto de gerente, con lo cual hará más labor de despacho y eso la exime de asomar a la pantalla durante una temporadita. Vilches deberá entretenerse sentimentalmente y el lugar de Cruz (personaje de Alicia), que se hace impopular por las medidas que adopta, pasará a ocuparlo gradualmente la nueva subdelegada de Sanidad, Ágata Monasterio. Considerando que en su regreso del pasado miércoles, Hospital Central pulverizó su propio récord superando el 30% de audiencia (cinco millones muy largos), todo parece confirmar que esa será la tendencia con gran dolor para su más directa rival en la ficción nocturna del día, Perdidos , en La Primera. En el episodio de esta noche, El mayor dolor posible , dos chicos discuten acaloradamente en las fiestas de un barrio. La disputa llega a tal punto que ambos terminan a navajazos. Uno de los jóvenes debe ser ingresado en el hospital y los médicos le dicen a la madre que su hijo necesita un trasplante y que la única persona compatible como donante es su hermano. En la parrilla de La 2 hay un nuevo programa que está teniendo bastante fortuna: se llama Pocoyó , lo ha producido la casa española Zinkia y es un microespacio -rondará los seis minutos- dirigido a niños muy pequeños, de edad preescolar. Han bastado pocas emisiones para que Pocoyó , sin necesidad de grandes promociones comerciales, se haya convertido en un programa de referencia para muchas familias. Ocurre que las familias necesitan cada vez más de la tele porque los padres ya no están todo el tiempo en casa, que los niños jueguen en la calle va siendo una opción prohibitiva -sobre todo en las ciudades grandes- y la tele es una forma de ocio familiar que, en principio, los padres pueden controlar. Ahora bien, la oferta propiamente infantil en la pantalla es reducidísima. Sólo las cadenas públicas abordan algo parecido a una programación infantil y, aun así, con defectos serios. La mayor parte de lo que vemos en pantalla es simple entretenimiento concebido con la finalidad de atrapar al niño ante la tele, sin el menor valor pedagógico, y en esto se llevan la palma los contenedores de las cadenas privadas, cuya negligencia, por otra parte, llega al extremo de utilizar series de animación para adultos y colocarlas en horario infantil. Este desdén generalizado hacia el espectador infantil hace que el umbral de exigencia baje mucho y, así, tengamos que declarar sublimes a determinados productos que en condiciones normales admitirían mayor crítica. Es el ejemplo de Los lunnies de TVE: desde el punto de vista estético son bastante reprochables, pero en el conjunto de la programación son el tópico tuerto en el país de los ciegos, es decir, el rey. Precisamente dentro de Los lunnies aparece ahora este Pocoyó , que va dirigido específicamente a un público muy concreto -esto es, que no persigue grandes audiencias- y cuyos contenidos aspiran a ser eminentemente didácticos: aprender movimientos, identificar gestos, distinguir objetos, etc. El programa es sencillo: un bebé de rasgos sumarios -Pocoyó-, algunos animales con aspecto de muñeco -un pato, un elefante- y contenidos breves -unos pocos minutos- enteramente orientados a transmitir un solo mensaje al niño. La música, pegadiza, y los colores, fuertes y contrastados, hacen el resto. Que Pocoyó sea tan sencillo no quiere decir que sea una simpleza: aparte del afortunado diseño del protagonista, toda la carga intelectual del trabajo reside en ese único mensaje, que ha de ser modulado de manera que el niño la entienda. Es, en fin, un ejercicio muy interesante. Pero hay algo que será más interesante aún: que los niños vean este programa acompañados por sus padres. Continúan los problemas entre los inquilinos a la fuerza de la isla que encierra lo que se supone un terrible misterio. La Primera intenta resistir la competencia de Telecinco y su Hospital Central con una doble ración de Perdidos , serie que comienza a mostrar síntomas de fatiga. Entre las incidencias de hoy, Jack, Locke y Sawyer persiguen a Michael a través de la selva. Procedente del medio radiofónico, Mara Torres es la nueva presentadora de La 2 Noticias, ahora reforzada con la incorporación del cultural Miradas 2 . Fiel a su estilo más fresco y alternativo con relación a los informativos convencionales, el noticiario tratará de que el consumidor de La 2, de nivel cultural medio alto, se mantenga atento en la cadena sin recurrir al zapeo. Texto Texto Texto Texto TEXTO vvvvv