José R. Morala: «En León siguen existiendo palabras que hallamos en documentos de hace mil años»
Uno de los aspectos más interesantes y novedosos de este congreso es sin duda su atención a aspectos de la vida cotidiana y a las palabras que, plausiblemente, se utilizaban a diario. Moderado por Aires Augusto Nascimento, catedrático de la Universidad Clásica de Lisboa, la tarde de ayer se dedicó al tema general Léxico de la vida cotidiana . El propio Nascimento lo inició hablando de distintos monasterios lusos, de sus listas de abades y de una muy interesante aplicación informática que permite organizar textos antiguos, reconocer y clasificar palabras y ampliar sus significados. Manuel Ariza, catedrático de la Universidad de Sevilla, distinguió varios campos semánticos y comentó algunos vocablos hallados en documentos medievales. Así, tipos de casa: de tierra ( terrato , territo ), de madera ( meteracas ), de techo de paja ( palliza ); partes de la casa: forno, lagar, sótalo (sótano), sobrado, corte, cocina...; muebles: escaño, lecho, scabello (escabel), cátedra, posatera (especie de asiento); útiles: ferramenta , servicio de mensa , utensilia , aratro , foz, fozina, podadera, carro, acetre, caldera, cuba, pregancias, tenazas, pisón, cuchara, trébedes... también ropa: calciatura (calzado), pelliza, saya, sayal, zapata, arabismos como almexía o almehela (especie de mantos o túnicas); amén de términos relacionados con telas, cuero y piel, metal, alimentos, etc... Pero quizá para el oyente leonés la ponencia más reveladora fue la del catedrático de la Universidad de León José Ramón Morala, El trabajo en el campo . Este filólogo comenzó hablando de la «vida de duro trabajo» que revelan las fuentes y de la «necesidad imperiosa de crecimiento y expansión» que delatan ( terras cultas et incultas ), con la mención obsesiva de escalidare (roturar). Aún vivas en varias zonas Elementos que también aparecen en testamentos y textos de litigios son las cubas, los carros, el yugo, los zocos (madreñas), el sobeo, y otras palabras que parecerían hoy no tener traducción, como loramine o luria , ya que ningún diccionario las consigna, «exceptuando los vocabularios del oeste de León y de Asturias, donde aparecen las palabras llorame , que son las cornales, y lluria , una soga fuerte». «En zonas asturleonesas, pues, siguen vivas hoy palabras que hallamos en documentos de hace mil años», dijo. Pero también se refirió Morala a los árboles, casi siempre frutales, y en León normalmente de género femenino: la pomar (sinónimo de todo árbol frutal), la peral, la manzanal, la brunal, la nisal, la gabanzal... todo ello aparece ya en el medievo leonés. Pero también hay referencias al ganado, muy especialmente vacuno y equino, ofreciéndose todo tipo de detalles entre los que destaca la edad y hasta el color: negro, pardo, rubio, morcillo, ruano, zaíno...