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| Entrevista | Fito Cabrales |

«Últimamente no bebo whisky malo, mi corazón está tranquilo»

El grupo se han convertido en un fenómeno extraño. Procedente del rock más duro, reúne en sus conciertos a un público variopinto

Fito Cabrales confiesa que siente «miedo físico» por la gira

Publicado por
Cristina Fanjul Cristina Fanjul - león león
León

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Fito Cabrales desembarcan el sábado en León junto a los fitipaldis para presentar en concierto su último trabajo, Por la boca muere el pez . Como en la ocasión anterior, asegura que éste será el último. -¿Cómo lleva tener acceso a un público tan diverso? -De maravilla. Siempre he presumido de eso. Me encanta salir a tocar y ver frente a mí una realidad como esa, darme cuenta de que mi música interesa a gente tan diferente, que nuestro público no es uniforme. -¿Qué queda de Platero y tú? -Recuerdos, sobre todo recuerdos. De la música, no sé la verdad, sería difícil decirlo. Quedan sentimientos, buenos la mayoría, porque el cerebro siempre se olvida de los problemas y tiende a recordar sólo lo bueno. -¿De quién se siente más cerca: de Los Secretos o de Sabina? -Pues me siento sobre todo cerca de mí mismo. Entiendo su pregunta, y ojalá me acercara cuando escribo a los dos ejemplos que me ha puesto y, si bien es cierto que todos al final tenemos las mismas o parecidas razones, al único que me quiero acercar cuando escribo es a mí. -¿Cuáles son sus demonios? -Mis demonios son mis inseguridades, como los de la mayoría, me imagino. Lo que ocurre es que cuando cumples cuarenta años, los miedos van aplacándose. -¿En qué se diferencia «Por la boca vive el pez» de «Lo más lejos, a tu lado»? -Me cuesta decir en qué se diferencian, porque cuando estaba acabando uno ya estaba pensando en cómo sería el siguiente. Creo que se diferencian más que nada en la música, en el tratamiento musical, en el productor y los músicos que me acompañan en esta ocasión. -¿Este es más rockero? -Yo siempre he hecho rock and roll porque no sé hacer otra cosa. Lo que ocurre, es que después hay canciones que salen más negras, otras que beben más del blues. -Al terminar «Lo más lejos, a tu lado», dijo que sería su último cedé. ¿Le ha vuelto a pasar lo mismo? -Pues la verdad es que me ha vuelto a pasar. El problema es que cuando me pongo a trabajar en un disco, me absorve de tal manera que sólo soy capaz de pensar en él hasta que acabo, con lo que la música eclipsa todo lo demás, y eso se prolonga durante muchos meses. De momento no quiero pensar en el siguiente, estoy demasiado concentrado en la gira. -¿Reinventa sus propias canciones? -Hay canciones que las queremos tocar tal y como son porque son inéditas, pero en otras, como El funeral , hacemos cambios para que el concierto resulte más divertido. -¿Es un optimista de la voluntad? -Pues la verdad es que yo tengo bastante poca. Me cuesta mucho hacer las cosas. La gira, por ejemplo, me da miedo físico. -¿Cuántas Marielas han pasado por su vida? -Pues ninguna. La verdad es que en eso tengo suerte, aunque haberlas haylas, como las meigas. -¿Hoy se siente guapo? -No especialmente, pero últimamente me siento bien conmigo mismo. -Sigue cabeza abajo o es que el mundo está al revés? -No, el mundo siempre está al revés, siempre lo está. Y mi cabeza, en su sitio. -¿Sigue bebiendo whisky barato? -No, mi corazón está tranquilo. Últimamente sólo bebo Coca Cola. Lugar: León Arena Hora: 21.00 Entradas: 22 euros. Fito Cabrales desembarca hoy en León junto a los Fitipaldis para presentar en concierto su último trabajo, Por la boca muere el pez . Como en la ocasión anterior, asegura que éste será el último. -¿Cómo lleva tener acceso a un público tan diverso? -De maravilla. Siempre he presumido de eso. Me encanta salir a tocar y ver frente a mí una realidad como esa, darme cuenta de que mi música interesa a gente tan diferente, que nuestro público no es uniforme. -¿Qué queda de Platero y tú? -Recuerdos, sobre todo recuerdos. De la música, no sé la verdad, sería difícil decirlo. Quedan sentimientos, buenos la mayoría, porque el cerebro siempre se olvida de los problemas y tiende a recordar sólo lo bueno. -¿De quién se siente más cerca: de Los Secretos o de Sabina? -Pues me siento sobre todo cerca de mí mismo. Entiendo su pregunta, y ojalá me acercara cuando escribo a los dos ejemplos que me ha puesto y, si bien es cierto que todos al final tenemos las mismas o parecidas razones, al único que me quiero acercar cuando escribo es a mí. -¿Cuáles son sus demonios? -Mis demonios son mis inseguridades, como los de la mayoría, me imagino. Lo que ocurre es que cuando cumples cuarenta años, los miedos van aplacándose. -¿En qué se diferencia «Por la boca vive el pez» de «Lo más lejos, a tu lado»? -Me cuesta decir en qué se diferencian, porque cuando estaba acabando uno ya estaba pensando en cómo sería el siguiente. Creo que se diferencian más que nada en la música, en el tratamiento musical, en el productor y los músicos que me acompañan en esta ocasión. -¿Este es más rockero? -Yo siempre he hecho rock and roll porque no sé hacer otra cosa. Lo que ocurre, es que después hay canciones que salen más negras, otras que beben más del blues. -Al terminar «Lo más lejos, a tu lado», dijo que sería su último cedé. ¿Le ha vuelto a pasar lo mismo? -Pues la verdad es que me ha vuelto a pasar. El problema es que cuando me pongo a trabajar en un disco, me absorve de tal manera que sólo soy capaz de pensar en él hasta que acabo, con lo que la música eclipsa todo lo demás, y eso se prolonga durante muchos meses. De momento no quiero pensar en el siguiente, estoy demasiado concentrado en la gira. -¿Reinventa sus propias canciones? -Hay canciones que las queremos tocar tal y como son porque son inéditas, pero en otras, como El funeral , hacemos cambios para que el concierto resulte más divertido. -¿Es un optimista de la voluntad? -Pues la verdad es que yo tengo bastante poca. Me cuesta mucho hacer las cosas. La gira, por ejemplo, me da miedo físico. -¿Cuántas Marielas han pasado por su vida? -Pues ninguna. La verdad es que en eso tengo suerte, aunque haberlas haylas, como las meigas. -¿Hoy se siente guapo? -No especialmente, pero últimamente me siento bien conmigo mismo. -Sigue cabeza abajo o es que el mundo está al revés? -No, el mundo siempre está al revés, siempre lo está. Y mi cabeza, en su sitio. -¿Sigue bebiendo whisky barato? -No, mi corazón está tranquilo. Últimamente sólo bebo Coca- Cola.

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