¿Hasta cuándo?

AUNQUE parezca increíble puede que éste sea el último año que se celebren las Jornadas del Club Leteo. La razón es tan prosaica que da la risa. Los integrantes de la agrupación literaria carecen de los fondos necesarios para hacer frente a los gastos (ridículos si se comparan con los grandes fastos que pagamos todos y que, por lo general, no revierten en la sociedad) que ocasiona cada año la semana cultural. Los ya no tan jóvenes miembros de Leteo ponen dinero de su bolsillo -las subvenciones son poco menos que absurdas- para conseguir que, como ocurrió el año pasado, León aparezca por motivos culturales (una grandísima novedad) en los periódicos de toda España. Cada uno de ellos invierte de manera heroica alrededor de 1.500 euros por un impulso totalmente generoso y altruista, que ha hecho que las cuentas de la mayoría no cuadren a final de mes. Es lamentable que un grupo de diletantes en estas lides consiga traer hasta León a gente como Arrabal, Houellebecq o Nothomb y que, en cambio, las instituciones no estén a la altura. La sociedad, sin embargo, sí lo está.