Diario de León

El historiador leonesista abordará el expolio del patrimonio riañés tras la construcción del pantano

Valderas: «Los vecinos guardaron en prenda algunas piezas del viejo Riaño»

Asegura que muchos «raptaron» bienes artísticos para después poder devolverlos al pueblo

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A. Fernández - león
León

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Este mes se cumplen 20 años del inicio de las obras del pantano de Riaño. Fue en noviembre de 1986 cuando comenzó la demolición que derrumbaría todos los edificios del antiguo pueblo, que fue anegado por las aguas en el 87. Con los edificios también sucumbieron las casas y las iglesias, el castillo y todas las piezas patrimoniales que formaban parte del pasado de Riaño. Sobre cómo se conservó o rescató parte del patrimonio y dónde está y qué se perdió bajo el pantano hablará esta tarde el escritor e investigador Alejandro Valderas. Riaño, 20 años más tarde, el patrimonio expoliado , es la conferencia que se impartirá hoy en el Club de Prensa de Diario de León, dentro de las segundas Jornadas de Patrimonio Leonés. Valderas comenzará hoy su exposición hablando del patrimonio de los pueblos del pantano que salió antes de la década de los 70. La segunda época que abordará el leonesista será la que abarca los momentos previos a la demolición, cuando el Archivo Histórico Provincial, el Archivo Histórico Diocesano y el Museo Diocesano, junto con personalidades como Luis Pastrana, David Gustavo López, José Luis Avello, Avelino Gutiérrez, Marco Antonio Garcés, Julio de Prado y el mismo Alejandro Valderas lucharon por conservar y salvar el patrimonio. Contabilizaron, numeraron e inventaron las piezas que albergaba Riaño, lo que les permitió sacar numerosas esculturas, «sobre todo de carácter religioso», puntualiza Valderas. Después, cuando comenzaron las protestas por la construcción del pantano, «a pesar de que era impensable y que no había presupuesto, Confederación Hidrográfica del Duero sacó casi diez edificios. Fue un triunfo importante», recuerda Valderas. Uno de los apartados más sorprendentes para el historiador es el que aborda la situación del patrimonio «que salió de manera abrupta y dónde fue a parar». Valderas explica que algunos vecinos «raptaron piezas que después devolvieron al pueblo. Lo guardaron en prenda y ahora lo están entregando al museo del pueblo, como ocurrió con la bolera, que se devolvió este verano o la imagen de Santa Águeda». Alejandro Valderas puntualiza que aún así «hay muchas cosas que se han perdido» y que el resto están en León o en lugares tan dispares como Nueva York o Suecia, donde podría estar una pila baustismal. Ésta será la última etapa que expondrá el historiador y escritor, que acompañará su ponencia con más de 60 fotografías. Uno de los problemas que destacará Valderas es que durante la construcción del pantano de Riaño se aplicó la ley de patrimonio de los años 70 y no la que se había aprobado en 1985. El historiador también puntualiza que el Estado no expropió, «no pagó por los bienes artísticos y este valor añadido no se tuvo en cuenta cuando se construyó el nuevo Riaño». Por lo tanto, y siguiendo las leyes aplicadas en la construcción del pantano, los propietarios del patrimonio que se rescató de las aguas son los últimos dueño, lo que explica que muchos bienes hayan ido a parar ciudades como Nueva York o que otros hayan desaparecido. «Se hizo todo lo que se pudo», remata Valderas. Las situaciones Uno de los ejemplos que contará durante la ponencia de hoy, dentro de las jornadas sobre patrimonio, es la reconstrucción del palacio Episcopal de León, que se llevó a cabo con piedras, maderas, tejas y ladrillos procedentes de las cinco iglesias con las que contaba el antiguo pueblo de Riaño. «El obispado quedó divinamente», apostilla el historiador. También contará anécdotas como la que cuenta que los vecinos de Riaño reconocieron, por su sonido, sus campanas que se habían colocado en la Catedral de León o como los nietos de la mujer que había impulsado la construcción de la ermita de la Virgen de Quintanilla reclamaron que se colocara la placa que recordaba su actos en el edificio original.

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