«Tras una fructífera, intensa y rica deliberación», como dijo el concejal de Cultura, Alfonso Ordóñez, el jurado de la 36 edición del Premio de poesía Antonio González de Lama decidió otorgar el galardón al escritor pacense Ricardo bermejo Álvarez, por su obra Vulnerable a la luz . El jurado, que estuvo formado por Isabel Cantón Mayo, Bernardino González Pérez, Tomás Sánchez Santiago, Eloísa Otero Merino y Nicolás Miñambres Sánchez, decidió premiar esta obra por su «audacia poética, por unos versos ajustados a la emoción del lenguaje, por un lenguaje singular, cuidado pero arriesgado y por su afán de acudir a la raíz de las palabras». También destacaron su alejamiento de los tópicos. Ricardo Bermejo Álvarez nació en Fuente de Cantos en 1961. Actualmente reside en San Fernando (Cádiz). Ha escrito más de una docena de obras, la mayoría premiadas en diversos certámenes, entre ellos destacamos Hegira nocturna , premio Espronceda (1985), Método del recuerdo , premio Arcipreste de Hita (1985), Erosfobia , premio Bahía (1986), Delirios conversos , premio Ateneo Jovellanos (2001), Viva vida , premio Internacional de Poesía Gerardo Diego 2002, A ras de mundo , premio Ernestina de Champourcín 2003 y Fundamentos portátiles , premio internacional de poesía Gabriel Celaya 2005. También es autor de Diván de atisbos y contemplaciones , premio Villa de Peligros 2001, Diván itinerante , premio El Hermitaño 2001, Silencios que contarte , premio Pastora Marcela 2001, Risalat , premio Ciudad de Lepe 2002, Los sitios y los dones , premio Ciega de Manzanares 2004 y Vos mediante, premio Ciudad de Lepe 2005. El premio de poesía Antonio González de Lama, dotado con 6010,12 euros, está convocado por el Ayuntamiento de León y se dedica a la memoria del gran intelectual leonés, divulgador de la literatura leonesa y director de Diario de León, Antonio González de Lama. Tras la entrega del premio correspondiente a la edición anterior, el crítico catedrático de la Universidad José Enrique Martínez, glosó el legado del sacerdote, destacando que fue estímulo casi permanente para la juventud intelectual de la época, haciendo hincapié en la humanización de la poesía que protagonizó.