Un encuentro con mujeres lleno de complicidad, humor y confidencias Dios Soho, el barrio gay de Londres Iciar Bollaín, una presa en Yeserías Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi sifsdifi

Cayetana Guillén Cuervo cambia de registro con su nuevo magacín D-Calle , que compatibilizará con su espacio cinematográfico Versión española de los martes. Se trata de un programa sobre una idea de la propia Cayetana, con especial protagonismo para las mujeres, desde una perspectiva plural y progresista. Nada más que en la noche ocurren las cosas que se verán en D-Calle : reportajes, humor, entrevistas muy sinceras e íntimas, sólo posibles con el compromiso y la complicidad de los invitados, la actualidad que no tiene cabida en otros espacios, todo lo que les pasa a las mujeres, sin olvidar a los hombres, porque este formato no renuncia a la audiencia masculina. Entre los colaboradores del programa, estarán La Terremoto de Alcorcón, Ángela Vallvey, Irene Zoe Alameda, Mónica Duce, Silvia Prada y el grupo pop-indie Pauline en la Playa. Codirige el crítico de cine, guionista y director del Festival de Peñíscola, Antonio Trashorras, autor reciente del libreto para El espinazo del diablo , de Guillermo del Toro. D-Calle incluirá piezas breves en las que mujeres de todo tipo y condición social reflexionarán sobre temas muy variados. Entre ellas, Clara Sánchez, Carmen Alborch, Julieta Benegas o Dunia Ayaso. La sintonía de D-Calle está compuesta por Amparanoia. Noticia de noticias: un programa de Cuatro ha conseguido superar el 20% de cuota de pantalla. Nadie en ese canal lo había conseguido hasta ahora (retransmisiones deportivas al margen). El héroe ha sido, como ya se veía venir, House , la serie del médico atrabiliario. El primer episodio de la sesión superó los 3,7 millones de espectadores con un share del 19,5%; el segundo -repetición- llegó a los 2,9 millones con una cuota del 20,2%. Cuatro, habilidosa, había retrasado unos minutos la emisión de la serie para no coincidir con el partido del Real Madrid en Antena 3. Así, una importante porción de la audiencia pudo asistir a otro partido en el que Dios y House empataban a tres. Nadie va a discutir a estas alturas la calidad de House , y menos aquí, donde siempre hemos cantado sus virtudes. Es un producto muy notable en todos los aspectos. Yo sigo pensando que el relato, en conjunto, ha perdido un poco respecto a la primera temporada, pero ya hay fans que me han tirado de las orejas por incurrir en semejante atrevimiento, así que no insistiré. También hay que decir -y ello a pesar de los fans- que House no habría alcanzado tal éxito si no fuera emitido por una cadena con anchos y múltiples altavoces, que llevan meses envolviendo el producto en un incesante apoyo promocional. Esto no debe entenderse como un argumento contra House , sino a favor de otras series que, en distintas cadenas, no consiguen el éxito que merecen porque no tienen primos tan locuaces. Y sentadas estas menudencias, podemos ocuparnos del empate entre Dios y House. Para quien no lo viera: un adolescente con supuestos poderes, que no deja de invocar a Dios, ingresa con mucha fiebre y, en el hospital, logra reducir el tumor de una mujer enferma de cáncer. El reto de House, que no introduce a Dios dentro de su arsenal terapéutico, es triple: saber qué enfermedad tiene el joven, averiguar por qué se ha reducido el tumor de la mujer y, en fin, demostrar que Dios no tiene nada que ver con todo esto. La parte médica de la narración descansa sobre los dos primeros retos, el peso del diálogo recae sobre el tercero, materializado en una pizarra donde los asistentes de House marcan las puntuaciones. Al final, empatan. La verdad es que el planteamiento de este episodio sólo es del todo inteligible en la cultura estadounidense, que es una cultura esencialmente deísta desde el siglo XVII hasta nuestros días. Lo que aquí pasaría por un simple chiste (siempre y cuando no se trate de Mahoma), allí adquiere aire de provocación intelectual (siempre y cuando no se trate de Mahoma). A todo esto, House se acabará y Dios no. Pero eso ya es otra historia. En lo que a House concierne, con ese 20,2% ya ha tocado el cielo. Cuatrosfera , el contenedor nocturno presentado por Kira Miró y Ernesto Sevilla (en la foto), descubrirá los secretos mejor guardados de Soho, el barrio gay de Londres. Para ello, un equipo del programa se desplazó a la capital británica para compartir con Shane y Matthew, dos incondicionales de la noche londinense, una jornada muy especial. Lo titulan Todas a la cárce l y entre ellas está Inés Alcántara, que ingresa en el penal de Yeserías. Deberá abonar trescientas mil pesetas de fianza para salir. Antonio y Mercedes harán lo imposible para reunir tan importante cantidad de dinero para aquel tiempo. Toni intenta buscar respaldo en los abogados del PC. La actriz y directora Iciar Bollaín es otra de las presas. Texto Texto Texto Texto TEXTO vvvvv