«Herencia flamenca», o los orígenes de la historia familiar de Ketama Triángulo Una noche «a golpe de pastillas» Toni Garrido en «El Circo del Sol» Título cuerpo 35 2 líneas género Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Título cuerpo 35 Títulodfh shisdfiudfi s

Antes del documental Herencia flamenca (Ketama, hijos del flamenco), que esta noche estrena en televisión Documenta 2 , Michael Meert ya realizara otro documental biográfico sobre Paco de Lucía, al que llegó a través de su interés por la música de Manuel de Falla. Herencia flamenca es un retrato audiovisual de Ketama, de su música y de las vivencias de sus componentes y recupera los orígenes de la historia familiar. Para la película reunió en Granada a más de 50 miembros de la familia Habichuela (Juan y Pepe Habichuela, y sus hijos, los componentes del grupo Ketama), mientras otra parte se rodó en Madrid, lugar de residencia de los cinco protagonistas. También hay una parte rodada en Marruecos, para introducir al espectador en los orígenes de la cultura flamenca, así como guiños a lugares como la India, país del que se cree tienen sus orígenes los gitanos. Otro dato de interés está en la música, realizada ex profeso para la película, aunque su banda sonora incluye algunas canciones de sus discos. Hace un año que los Ketama decidieron seguir caminos separados, de modo que Antonio Carmona se dispone a sacar su primer disco y Josemi Carmona se dedica a la producción musical al tiempo que montó un espectáculo junto a su padre, Pepe Habichuela. Cuatro estrenaba esta semana El triángulo de las Bermudas , una lujosa miniserie americana que ha pasado antes por Canal Plus -en formato tv-movie , si no me equivoco- y que ahora vemos 'en abierto' durante tres semanas consecutivas. Nadie ignora qué es el triángulo de las Bermudas: ese pedazo de mar entre Florida, las Bermudas y Puerto Rico que arrastra larga fama de tragarse a cuanto barco y avión pasa por allí. La verdad es que por allí pasan todos los días muchos barcos y aviones sin que nada malo ocurra, pero la acumulación de casos reales de desaparición, más la potencia del negocio de lo paranormal, han terminado construyendo una leyenda que seduce a mucha gente, para irritación del comandante Cousteau. La serie de Cuatro explora esta leyenda. Parte de una falsificación histórica palmaria con Cristóbal Colón y prosigue planteando un relato no menos falso; por fortuna, no aspira a ser otra cosa que un relato de ficción. En ese ámbito, el producto está francamente bien: ágil, bien contado, muy bien puesto en escena, con interpretaciones no sobresalientes, pero eficaces, y un guión muy animado. A propósito del guión y las interpretaciones, no deja de sorprender que los protagonistas -cuatro investigadores contratados por un poderoso armador-, enfrentados al misterio insondable del triángulo por antonomasia, se pasen la vida haciendo chistes en los momentos más delicados, cuando uno, en semejante trance, esperaría «un poco de seriedad, hombre». Esto de que los héroes trágicos hagan chistes en los momentos menos oportunos es un rasgo muy habitual en los relatos de acción americanos. El western está lleno de escenas de ese tipo: ese vaquero acribillado en el suelo que con el último aliento bromea sobre el tamaño del ataúd. Curiosamente, el origen de ese recurso narrativo es muy antiguo. La primera fuente literaria donde aparece de manera habitual es el corpus de las sagas nórdicas, como las de Snorri Sturluson, donde la gente muere haciendo comentarios jocosos sobre la aspereza de la lanza que acaba de atravesarle el hígado. Hay que suponer que se trata de un motivo típico de la épica popular, porque a la gente del común le gusta que el héroe, además de heroico, sea gracioso. Y como no hay relatos de aventuras para la gente del común mejor pensados que los norteamericanos, tampoco cabe extrañarse de que aquí, en El triángulo de las Bermudas , los héroes de acción se comporten como humoristas. El trasiego entre momentos de humor y momentos de pánico tiene la virtud de agitar intensamente las neuronas del espectador, lo cual beneficia mucho a la puesta en escena televisiva y permite seguir cómodamente el relato. Un buen fichaje, esta serie. Las noches de los fines de semana se han convertido para algunos jóvenes en juergas que pueden llegar a prolongarse hasta 48 horas, y que en muchos de los casos van acompañadas por el consumo de todo tipo de pastillas. El equipo de Callejeros , en el reportaje que lleva por título Pastilla para no dormir, acompaña a estos jóvenes para conocer su particular forma de divertirse. Una noche muy larga. Toni Garrido (en la foto), cedió su micro a Nacho Cano, Pilar Bardem, Antonio Gala y Jesús Caldera, durante el nuevo espectáculo de El Circo del Sol. Al mismo tiempo, CQC fue testigo del primer contacto telefónico entre Mas y Rovira tras las elecciones catalanas. En la sección Proteste ya! salen los vecinos de Ferrol a los que pretenden expropiar sus casas por cuatro euros... Texto Texto Texto Texto TEXTO vvvvv