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La atmósfera secuestrada

El madrileño Jesús Nieto Pantoja expone en la galería Sharon Art una muestra en la que deja patente su maestría para capturar la luz de las ciudades y los paisajes que plasma

El artista, en la galería ante varias de sus obras

Publicado por
Marcelino Cuevas - león
León

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Al pintor madrileño Jesús Nieto Pantoja, cuando camina por la calles de una vieja ciudad, no se le escapa ni el más delicado y humilde rayo de luz. Pantoja es un perseguidor de contrastes, un inquisidor de rincones y texturas históricas. En sus paseos por Madrid, La Habana, París¿ o León, se detiene una y otra vez escrutando hasta la última sombra sobre las fachadas de los antiguos edificios, hasta la más ínfima huella del tiempo en los escaparates y trapas de los comercios y fábricas que ya han perdido su utilidad y decoran las calles gremiales como testigos mudos de otros tiempos. Todo lo guarda, mejor diríamos lo atesora, para después volcarlo en la blancura inmaculada de los lienzos. Es Pantoja pintor de ciudades, de viejos barrios olvidados que se mueren de soledad entre desconchones, grietas y acumulación incontrolada de pasquines comerciales. Son las fachadas que tuvieron sus momentos de esplendor y que hoy amenazan ruina las que más motivan al artista. Por eso fue inmensamente feliz durante su estancia en La Habana, donde la atmósfera pesada del Caribe tiene prisionero a un tiempo que no corre, que se ha detenido medio siglo atrás. Solamente por su cuadro, Coche en la Habana vieja , merece la pena visitar la exposición que el artista presenta en Sharon Art. Un viejo carro americano de los años cincuenta (siglo XX) vestido de azul, como el cielo que no se alcanza a ver, ilumina una calle solitaria, con viejas mansiones que exhiben impúdicas sus ruinas grises, enviando un mensaje de enfermiza nostalgia. Pero en la muestra hay más. Hay esquinas madrileñas que parecen sacadas directamente de los años veinte y hay rincones leoneses que cobran nueva vida a través de la visión y los pinceles de este artista excepcional cuya mayor gloria es hacer pinturas realistas. «Yo -dice- voy mucho más allá que las cámaras fotográficas, soy más realista que las fotografías porque plasmo el alma de las calles, cosa que ni la mejor óptica puede conseguir». A pesar de la indudable complejidad de sus obras, asegura Pantoja que las realiza sin complicarse mucho, «de la manera más sencilla, pero también de la más eficaz. Evito la complejidad, en un principio mis cuadros parecen muy complicados, pero le aseguro que nunca tienen demasiadas pretensiones». Lo más difícil y también lo más gratificante para el artista es «conseguir la atmósfera que subyace en la calle o la plaza que estoy pintando», y esto lo consigue a través de unos singulares juegos de luces que hacen que sus cuadros sean todo un ejemplo de sensibilidad creativa. Y Pantoja, a modo de despedida, nos repite: «Yo supero en realismo a la fotografía, soy capaz de retratar la atmósfera, el ambiente, el alma de las calles, a mí la fotografía se me queda pequeña, por ello sigo pintando al óleo». Hora: De lunes a viernes de 12.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00. Lugar: Calle Cervantes, 10. Entrada por calle Dámaso Merino.

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