Diario de León

| Entrevista | Joaquín Cuevas Aller |

«O echamos a estos políticos, o ellos nos acaban echando a nosotros»

El autor del exitoso «Manual de historia de los reyes de León» publica ahora un libro en el que recopila sus reivindicativas «Tribunas» del Diario: «León en las garras de un buitre»

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E. Gancedo - león
León

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Joaquín Cuevas Aller es conocido sobre todo por sus contundentes Tribunas en el Diario de León, en las que denuncia con energía y abundancia de datos el olvido y maltrato -institucional, económico, cultural, identitario- que ha venido sufriendo el país leonés; pero últimamente casi lo es más por lo que podría llamarse su súperventas regional ; el Manual práctico de la Historia de los reyes de León . Ahora publica un nuevo libro: León en las garras de un buitre , ya en las librerías. -¿Qué va a encontrar el lector en esta nueva obra? -Son 35 artículos, publicados, todos excepto uno que es inédito, en el Diario de León entre los años 2002 y 2004, sobre temas muy diversos, aunque el principal de ellos es la historia. Creo que son muy realistas, bien argumentados y fáciles de leer y de comprender. -¿De dónde viene ese afán por no dar a conocer la historia de León? -Es un misterio que yo mismo no acabo de entender del todo. Pero no es una cosa de ayer; tiene por lo menos 400 años. Hace todo ese tiempo, un gran historiador cordobés, Ambrosio de Morales, ya plasmaba en sus obras la hegemonía histórica del reino de Castilla sobre el de León; y desde entonces todos los historiadores han seguido esa pauta. -¿No ha habido, pues, historiadores que hayan puesto en su lugar tanto a León como a Castilla? -Pienso que, en España, los historiadores han sido poco profundos, muchas veces se han limitado a copiar lo que ya dijeron otros con más prestigio... Menéndez y Pidal, y algunos más del siglo XX, por ejemplo, no quisieron o no pudieron sustraerse a esa óptica castellanista, nunca pusieron en su verdadero lugar a Castilla. -Y esa óptica tiene implicaciones en nuestros días. -Claro, porque a eso hay que sumar el hecho de que desde hace cincuenta años se ha «endiosado» a Castilla como centro de España frente a los nacionalismos periféricos; pero es que, si estudiamos la Edad Media, vemos que en realidad Castilla fue una rémora para la Reconquista; siempre tuvo problemas con sus vecinos del Este y el Oeste, contra los que luchaba en vez de hacer causa unida frente al enemigo común. Precisamente un historiador castellano, Fray Justo Pérez de Urbel, en un momento de honradez, no oculta las traiciones de los condes castellanos contra el rey legítimo, el de de León. El gran reino de la Edad Media, el que tuvo un mayor protagonismo, fue sin duda el leonés. -Quizá su «Manual práctico» vino a paliar un poco esa carencia... -Se han vendido casi 10.000 ejemplares sólo en la provincia; pero los leoneses aún conocemos muy poco de nuestra propia historia... -¿Por qué perdió León ese protagonismo que tuvo? -Para mí hay dos hechos fundamentales. El primero es el territorio. El gran emperador leonés Alfonso VI conquistó el reino de Toledo, pero a su muerte, y por un azar sucesorio, ese importante reino, cuya cabeza fue antaño la capital de los visigodos, fue adjudicado a Castilla, que se vio así súbitamente engrandecida. El segundo es la lengua. En época de Alfonso IX se hablaban aquí tres idiomas: gallego, leonés y castellano, de los cuales el menos importante era éste último. El idioma de los documentos oficiales era el latín. Fernando III, su hijo, hereda el trono de León a los 29 años, pero desde los 17 vivía en Burgos, de forma que probablemente olvidara buena parte del leonés que sabía. Cuando fue rey de León, además de Castilla, dio así preferencia al castellano y en la Universidad leonesa de Salamanca se empezaron a impartir algunas asignaturas en castellano, amén de en latín. Alfonso X ya lo haría prácticamente oficial. Creo que si no hubiera sido por esa circunstancia, hoy toda España hablaría leonés. -Tampoco se ha divulgado mucho cómo funcionaba el territorio leonés después de la Edad Media, ¿verdad? -Es que nunca ha habido una voluntad de aclarar bien la historia. A partir de Fernando III es una la corona, pero los reinos son distintos, y el de León se administraba según sus propias leyes. -Algunos legitiman la actual autonomía en la falta de fronteras geográficas o en la cuenca del Duero... -Es absurdo. Tampoco cambia el paisaje entre Navarra y Aragón, o entre Valencia y Murcia, e incluso entre Alemania y Polonia, y son dos mundos distintos. Parece mentira que gente del prestigio de Julio Valdeón diga semejantes majaderías. Es ahí donde pierde todo su prestigio. -¿Cree legítima una autonomía uniprovincial? -Sí que lo sería, pero creo que nunca deberíamos abandonar a Zamora y Salamanca, leonesas desde los tiempos de Ramiro II, su repoblador. -¿Qué opinión le merece la actual convivencia autonómica de León y Castilla? -Valladolid tiene miedo de una posible región leonesa autónoma: sin León, Valladolid no sería nada. ¿De dónde sacaría el agua? Ahora además tienen las competencias sobre la cuenca del Duero, que es como decir sobre el agua de León. Además, Valladolid sabe que cuanto más despoblado esté León, mejor, menos agua necesita. León no tiene absolutamente ningún futuro dentro de esta autonomía porque no es dueña de sus recursos: de aquí se saca agua; pero también 150.000 toneladas de madera, y no se fabrica ni una silla. En los últimos 25 años, Galicia ha aumentado su producción de leche, en León ha caído. De León se saca el 100% del lúpulo, y no se fabrica ni una gota de cerveza. Parece que estamos ciegos y no vemos las cosas. -¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie ante esta situación? -Los políticos que nos gobiernan conocen esto, son culpables, indignos de su puesto. O echamos a los políticos que tenemos, o ellos acaban echando a los propios leoneses de su tierra.

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