Mario González afirma que no hay duda: «Las gárgolas se cayeron por «la lluvia, el peso y las heladas»

Mario González, administrador de la Catedral, afirmó ayer que no hay ninguna duda sobre las causas que provocaron el desplome de dos gárgolas del templo gótico. «Como ha podido comprobar el técnico enviado por el Ministerio de Cultura, es evidente que se han caído por el peso (más de cincuenta kilos), el agua (las últimas e intensas lluvias de las pasadas semanas) y las heladas». González asegura que la mejor prueba es que ha quedado un «corte limpio» en la zona de contacto entre la gárgola y el muro. Sin embargo, resulta difícil de creer que dos piezas de setecientos años de antigüedad se precipiten al vacío en un intervalo de tiempo de apenas cinco días. Pero hay otras «coincidencias» que podrían poner en evidencia la delicada situación del patrimonio leonés. También se han detectado desprendimientos de piedras en San Isidoro y en la muralla. Además, durante el pasado puente se hundió el suelo del ábside de la iglesia mozárabe de San Miguel de Escalada y se cayó un ara visigótica del siglo X. Todos estos percances obligan a revisar el estado de conservación de algunos de los monumentos más emblemáticos de León. Algunos expertos se atreven también a cuestionar las rehabilitaciones llevadas a cabo en algunos de ellos. Al tiempo que exigen revisiones anuales, para vigilar un legado único.