Gamoneda asegura sentirse«chiquito» ante sus antecesores
El premio Cervantes 2006, Antonio Gamoneda, confesó ayer que después de la concesión del galardón está muy contento pero que, al mismo tiempo, tiene una sorpresa que no consigue disolver, porque se siente «muy chiquito, muy por debajo» de sus antecesores. Gamoneda visitó ayer la Universidad de Alcalá, en cuyo Paraninfo recibirá el próximo 23 de abril el premio más importante de las letras castellanas, para celebrar un encuentro con la comunidad científica y participar en un acto de lectura de sus poemas. El poeta que habla, como él mismo dice, «de la vida que sucede entre la inexistencia y otra vez la inexistencia», confesó su «amor a la vida», aunque «por un mínimo realismo» tienda a relatar cómo avanza «hacia la muerte», que la crítica, apunta, considera «el contenido más recurrente» de su obra. Ayer contó que todavía no se ha planteado qué dirá en el discurso del Cervantes, porque aún no le ha dado tiempo «ni de contestar a las llamadas, no digamos ya a las cartas y telegramas» que ha recibido. Entre esas cartas «todas ellas inesperadas», admitió, guarda dos «muy significativas»: las de dos finalistas del premio Cervantes «recurrentes», como era él mismo: Caballero Bonal y Juan Marsé. En actitud humilde, indicó que no tenía «ningún deseo» o «aspiración» de este premio.