Diario de León
Publicado por
MIGUEL ÁNGEL NEPOMUCENO0
León

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¡Y CON qué humor!. Nadie lo hubiera dicho. A penas si se les notó que no habían cobrado más que el aguinaldo y que detrás aún quedan las deudas de un trimestre. Pero cuando hay buen humor y ganas de trabajar se olvida casi todo. Lo cierto es que tanto el público, que llenó hasta las tramoyas, como la orquesta, estaban radiantes el domingo en el Auditorio, hasta el mismísimo concejal, que aplaudió a rabiar el buen hacer de la Odón Alonso que esta vez estuvo radiante y simpática. ¡Ay D. Alfonso lo que nos hubiéramos perdido si da carpetazo a esta orquesta del alma!. ¡Con las ganas que tocan estos muchachos, y lo bien que lo hacen..., a veces!. La orquesta con su nuevo concertino y su flamante plantilla echó las casa por la ventana y Dorel hizo un programa como a él le gusta, divertido, correcto y dinámico. Es decir, entrañable, que no dejó lugar al aburrimiento, todo lo contrario. Los valses las polkas, las oberturas y los himnos, estuvieron sazonados por la espontaneidad de la juventud. Dorel ya agotado, prefirió vender su alma al diablo y marcharse, eso si, no sin antes dedicarle el Bello Danubio Azul a su esposa, allí presente, con la que se marcó unos pasos en el medio de la sala para conmemorar sus bodas de plata. Mientras, en los palcos, algunos bailones, animados por la marcha que estaba tomando la noche, danzaron al son de estas plokas, que si no quitan las penas las hacen olvidar mientras duran. Mención especial merece el «nuevo refuerzo de la orquesta», Maximino Cañón, que no atreviéndose a salir al escenario hizo desde su asiento una recreación del mejor «cuco» de los Alpes, cantándolo todo sin la menor vacilación. Tome nota señor director, que ahí hay madera y entusiasmo y tal vez, si sus labores presidenciales le dejan algún tiempo de asueto desempolve esa armónica de cambio que tiene arrumbada desde hace años en el desván y de un recital de este instrumento con la orquesta, que me consta iba a sonar muy bien. Y si no el tiempo. ¡Sólo es proponérselo!. Maravillosa Virginia Nistal, esa bailarina de 18 años, que nos alegró aún más la noche marcándose un baile de Luis Alonso, con una gracia que no se pudo aguantar. Noche mágica, llena de buena música y un éxito de nuestra orquesta que, cuando cobre, comenzará un nuevo año con renovadas ilusiones y programas. ¡Felicidad!

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