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Director del Els Joglars

«Es el artista el que hace historia; el político es simplemente una anécdota»

El Auditorio Ciudad de León acogió la representación de la obra de Els Joglars «En un lugar de Manhattan», un poema teatral sobre el destierro de la dignidad

Albert Boadella lleva más de cuarenta años al frente de la compañía teatral Els Joglars

Publicado por
Cristina Fanjul - león
León

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Se ha convertido en uno de los protagonistas de la crónica política y cultural española. Abanderado de las posiciones legadas por la Revolución Francesa, su crítica al nacionalismo y su implicación en el proyecto de Ciutandans de Catalunya le ha puesto en la diana de los extremistas. Su grupo de juglares representa hoy y mañana en León una de sus creaciones teatrales más bellas: En un lugar de Manhattan , una alegoría de los valores perdidos del Quijote, una imagen ácida y amarga de una España que ha perdido sus valores. -¿Qué es lo más grotesco de la realidad española? -Habría muchas, demasiadas, porque España siempre ha tenido este carácter grotesco. Por eso Valle Inclán existió. Lo que ocurre es que ahora esa faceta grotesca está en el mundo de la política, que ha entrado en una espiral de alejamiento de la ciudadanía preocupante. Es un virtud que afecta a la mayoría. -Y la cultura también se ve afectada... -Sí, pero con un cariz distinto, porque los grandes mecenas son hoy en día las administraciones, con lo que muchos artistas funcionarios se convierten en vocingleros del poder. -¿La cultura subvencionada es menos cultura? -Es una cultura más sospechosa de connivencia con el poder. La libertad está fuera de la política de subvención y, felizmente, aún hay en España -y no sólo estoy hablando de Els Joglars- artistas que logran seducir al auditorio sin necesidad de recibir ayudas públicas. -Afirma que el teatro debe ser catalizador de las necesidades del espectador. ¿Cuáles son hoy en día esas necesidades? -La primera de ellas es asistir a un ritual es directo, porque hoy en día la comunicación se realiza a través de formas electrónicas, con lo que el espectador no se siente realmente identificado con lo que ve. Hoy ya no existe la catarsis del teatro griego. La razón creo que está en el hecho de que los constructores de teatro piensan en sí mismos y no en el público para el que trabajan. -¿Cuál es hoy el retablo de las maravillas? -De seguir vivo Cervantes no daría a basto, de tantos como han surgido. El primero de ellos sería la televisión, pero si miráramos de manera más precisa, le diría que el camelo de la modernidad y de la vanguardia se ha convertido en el retablo de las maravillas por excelencia. Por complejo, no nos atrevemos a denunciarlo. - Y ¿quiénes son los pícaros? -Esencialmente, los grandes mitos de la modernidad, esos que aparecen en las portadas de los dominicales. Ya sabe, cocineros, artistas, arquitectos; siempre son cuatro o cinco y, por lo general, siempre los mismos. -¿Qué se entendería hoy por pureza de sangre? -Afortunadamente, nadie se atrevería hoy en día a reivindicar algo así, sería nazi. Sin embargo, puede decirse que existe una forma de comportamiento cívico que está considera políticamente correcta y que se concreta en no manifestarse, no intervenir en nada que sea polémico, no entrar en ningún tipo de exabrupto. Es difícil vivir a contracorriente. -¿Son peores los pusilánimes que los malvados? -Por supuesto, hoy y siempre. Es más responsable el que se deja someter que el que somete. -La obra con la que hoy llega Els Joglars a León, «En un lugar de Manhattan», muestra la dialéctica entre el artificio de la actualidad y los valores perdidos. ¿Cuáles deberíamos recuperar? -Yo recuperaría todos los valores de Don Quijote, pero uno esencial que se ha perdido es la dignidad. La gente ha perdido la brújula de la dignidad, ya no tiene contención de sí mismo. El espectáculo de indignidad abruma, y se da incluso en la vejez. -¿Cuándo comenzó a perderse? -Ha sido una evolución lenta, en muy pocos años, tan pocos que yo mismo lo he ido viendo. Hemos pasado de tener un concepto del amor propio elevadísimo a contar nuestras miserias y nuestra vida sexual en la televisión. Hemos perdido cualquier referencia. -¿Desde los setenta? -Si, yo diría que desde entonces, con lo que ha sido mi propia generación la responsable. Puede que fuera la urgencia de romper con determinadas actitudes, de hacer tabla rasa, lo que llevó a adoptar un comportamiento de desafección con actitudes que no deberían haber desaparecido. -¿Cree que existe algún Quijote en la política actual? -No, saldría disparado. La actualidad es refractaria a la existencia de Quijotes, se les encerraría en un frenopático. -¿Ciutadans son más quijotes o más sanchos? -Ciutadans está más cercano a la idea de ciudadano que surgió a partir de la Revolución Francesa. Quijote es un personaje místico, mientras que Ciutandans busca el ideal republicano, ese que no se deja convencer por los retablos. -¿Los tres diputados conseguidos por Ciutadans son una muestra de que aún existe ciudadanía en Cataluña? -Fueron 90.000 votantes, aunque creo que hay muchos más. Esto demuestra que hay una parte de la sociedad catalana que cree que la libertad, la fraternidad y la igualdad no son sólo palabras, que hay algo más fuera del entorno tribal. -¿Qué cuerpo se les queda cuando les acusan de fascistas? -Pues que tienen ua coherencia perfecta, porque siempre son los fascistas los que llaman fascistas a los demás. -¿Es España un mito? -De ningún modo. Lo que era un mito era la idea franquista de una unidad de destino en lo universal. Pero España es una realidad totalmente tangible, de lo contrario no existiría ningún otro país europeo. Otra cosa es que dentro de España exista un gran caos de razas, lenguas o culturas, pero es un caos homogéneo. Puede que dentro de cien años, y a causa del tráfico de personas en Europa, se llegue a algo diferente. -¿No cree que Cervantes dibujó al Quijote como arquetipo de una España que desaparecía? -Si, es algo muy curioso. Cervantes puso de moda a un personaje gótico en pleno Renacimiento. Es un milagro, y su influjo afectó a España durante siglos. Ese es el milagro de los artistas, que son los que hacen historia, mientras que el político es simplemente la anécdota. -¿Cuándo se abusa del lenguaje es que no se quiere decir nada? -La palabra sirve hoy como ocultación de la realidad, se ha convertido en un aparato fantástico para lograrlo. -Montilla ha anunciado que recibirá clases de catalán... -Montilla habla catalán, lo que ocurre es que habla el catalán charnego, y eso se considera impresentable. En cualquier caso, aunque sólo hablara español no tendría importancia, porque Cataluña es un territorio bilingüe. Lo que sería escandaloso es que no hablara ninguno de los dos y se expresara en inglés. -¿Hemos dejado de reirnos? -Si, al menos de determinadas cosas. Antes, el humor era más satírico, más sarcástico, incluso en la dictadura. Entonces, el humor servía como resistencia al abuso de poder. Ahora, todo se ha vuelto más blanco y el humor sólo sabe reirse de los débiles, nunca del auténtico poder. -Ya no hay bufones -No, ya no hay bufones, porque el poder ya no tiene ese carácter sabio de reirse de sí mismo, por el carácter terapéutico que tiene. -¿A quién más mandaría concretamente a la mierda? -¿Además de al alcade de Bellpuig? -Sí, por cierto, ¿leyó la carta que le envió? -No, que va, y además me puso verde. Enviaría a la mierda a los nacionalistas que nos dan la lata de una manera muy pesada, que ensombrece una sociedad que funcionaba bien, con una entente cordial. Lugar: Auditorio Ciudad de León. Hora: Hoy y mañana, a las 21.00 horas. Entrada: 20 euros (agotadas).

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