Otros errores, como llamar castellanas a poblaciones de la provincia, también son frecuentes
Decenas de guías de Galicia y Asturias «se apropian» del norte y oeste de León
De la denominación leonesa de Ancares se adueñan hasta en Triacastela, a 50 kilómetros del valle
Libro Galicia . Gran formato. Editorial Ir Indo. Gramaje de lujo. Fotografías espectaculares. Firmas: Camilo José Cela, Laxeiro y Vítor Vaqueiro. Trilingüe en castellano, gallego e inglés. Primera y sorprendente fotografía: Las Médulas, sin decir que están en El Bierzo, León, mientras que en el resto de imágenes sí consta la localización. Otro ejemplo: Galicia, a pé de foto , de Lunwerg Editores y también de gran formato. Veintiún reporteros retratan la realidad de la comunidad vecina. Primera fotografía: Campo del Agua. Bajo la denominación genérica Os Ancares , José Manuel Navia incluye hasta ocho imágenes. En una de ellas se ve una clase con media docena de chavales y el profesor; de la pared cuelga un cartel que reza: León, tienes que verlo . En efecto, todas ellas son de valles leoneses limítrofes con Galicia. Y es que, por ejemplo, la denominación de Ancares, que tradicionalmente se ha referido al río y valle leonés de su mismo nombre, ha tenido en los últimos años tanto éxito que no sólo se ha dividido en «ancares lucenses» y «ancares leoneses», sino que el término se ha extendido a decenas de kilómetros en dirección a Galicia, hasta la lejana Triacastela por ejemplo, y hasta es más conocida, a nivel popular, la zona gallega. Por si eso fuera poco, el programa europeo Leader-Ancares se gestiona desde As Nogais. Un libro editado por este mismo programa, Os Ancares, imágenes , incluye los extensos municipios de Pedrafita do Cebreiro, As Nogais, Becerreá, Navia de Suarna y Cervantes; y ninguno de León. Una extensión artificial y desmesurada de ese nombre puede verse asimismo en Ancares , de editorial Everest. En este libro sí se deslindan las poblaciones lucenses y bercianas, pero en el mapa inicial, Los Ancares abarcan más que todo el Bierzo junto; desde Baralla a Villafranca, desde Páramo del Sil a Oencia, oscureciendo denominaciones tradicionales como Alto Sil, Selmo, Aguiar, Cervantes, etc. En libros sobre el Camino de Santiago también se aprecian errores como llamar «castellanas» a poblaciones, cosas, o gentes leonesas, y una cierta tendencia a galleguizar todo cuanto hay de Foncebadón hacia el oeste. Por otro lado, guías turísticas asturianas (senderistas, cicloturistas, etc.) suelen hablar de valles como Sajambre, Valdeón, y otros, en sus contenidos. Si estas regiones están tan orgullosas de su patrimonio, ¿por qué incluirán partes de León en los libros que se encargan de darlas a conocer? ¡Qué curioso!