IU propone crear en León un taller para restaurar el patrimonio de la autonomía
El candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de León, José Luis Conde, propuso ayer la creación de un taller-patronato que vele por la conservación del patrimonio histórico y artístico de la comunidad autónoma y que tenga su sede en la capital leonesa. Entre las funciones de este centro, estaría la formación de un equipo público permanente especializado en la restauración del patrimonio, convirtiéndose en una entidad pública encargada de ejecutar las competencias que, en esta materia, posee la Junta de Castilla y León. Plantea que este taller-patronato esté integrado por el Ayuntamiento y la Diputación de León, la Junta y el Ministerio de Cultura, si bien advierte de que una hipotética presencia de la Universidad leonesa también permitiría que la formación tuviera un carácter oficial y que sus alumnos accedieran a una diplomatura al final de sus estudios. 2.000 empleos Según expone Conde en una nota de prensa, la aprobación de este proyecto permitiría, paralelamente, la creación de unos 2.000 empleos. «Con este taller pretendemos crear lo que ya debería existir, una entidad pública que ejecute las competencias de la Junta en Patrimonio y evite el desastre actual y el abandono del Patrimonio de nuestra ciudad y provincia. Aparte de crear un número importante de puestos de trabajo de calidad, más de 2000 si cubrimos a toda Castilla y León». IU exigirá la modificación de la composición de las Comisiones Territoriales de Patrimonio para darle un perfil técnico y no político como hasta ahora. Hoy en día de los catorce miembros tan sólo cuatro pueden considerar se como expertos conocedores y técnicos, el resto son cargos políticos o significados políticamente y dos representan a la iglesia católica. Precisamente por las deficiencias en la composición de la Comisión y la dejadez de los propietarios del patrimonio la situación de los Principia y la Catedral, entre otros es la que es. La Junta no debería tapar la irresponsabilidad privada pero tampoco es de recibo permitir que intereses políticos o particulares de la Iglesia se impongan al bien general y permitan el deterioro galopante de los monumentos.