México se vuelca en actos conmemorativos al cumplirse cien años del nacimiento de Frida Kahlo
México prepara para este 2007 diversos eventos artísticos y culturales para recordar el centenario del nacimiento de la pintora Frida Kahlo y los cincuenta años de la muerte de su esposo, el muralista Diego Rivera. La cotizada artista mexicana, quien «nunca reconoció haber nacido en 1907, sino que insistía en quitarse edad», según su biógrafa, la crítica de arte Raquel Tibol, será recordada con varias exposiciones y la publicación de libros sobre su vida y obra. Entre las exhibiciones plásticas destaca Diego y Frida, entre el carbón y el deseo , que en noviembre presentará al público dibujos de los dos pintores mexicanos, «algo que en el caso de Frida es muy difícil encontrar», explicó Juan Coronel, curador de esa muestra y nieto de Diego Rivera (1886-1957). A su vez, el Museo Dolores Olmedo, que posee una de las colecciones más importantes de la obra de Kahlo (1907-1954), y la Casa-Museo de la pintora, ambos al sur de la capital mexicana, organizarán actos especiales para recordar los cien años de su nacimiento (lo hizo un 6 de julio). El Museo de Arte Moderno editará un libro sobre su obra. De manera independiente a la conmemoración oficial, la periodista y crítica de arte Raquel Tibol presentará en breve la cuarta edición del libro Escrituras (Plaza y Janés), volumen publicado en 2004 con 250 textos de Kahlo que en este año ya suman alrededor de 300. Son alrededor de 300 textos, hay cosas nuevas, textos que estaban incompletos y que por fin conseguí, ha sido una búsqueda muy minuciosa», de lo que escribió la pintora, detalló Raquel Tibol. De las Escrituras de Frida Kahlo, agrega, «salen dos vertientes: la de la escritora y la de la autobiografía», pues la artista asimila en sus textos el lenguaje popular y crea un estilo elaborado que debe ser considerado como parte de 'lo mejor de la literatura mexicana confesional del siglo XX'. En decenas de notas que han sido recopiladas durante años por Raquel Tibol, la famosa pintora «le da voz a una serie de situaciones, como lo del amor a (León) Trotsky» o su bisexualidad, argumenta la crítica de arte.