OPINIÓN
Las gárgolas no avisan
MUY TRAICIONERA. Así definió ayer el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Sáiz, a la Catedral de León, porque las gárgolas se caen «sin avisar». No tenemos noticia de que en otros templos las gárgolas adviertan a la administración autonómica de sus propósitos de suicidio. Menos mal que la muerte inesperada de dos de ellas ha servido para que el Ministerio de Cultura se ponga al frente de la rehabilitación de la Catedral y la Junta invierta lo que sí se ha gastado en la de Burgos. El Gobierno central ha tomado las riendas de las obras vitales: cubiertas y piedra. Un auténtico «tirón» de orejas a la Junta, pese a que ayer Enrique Sáiz lo negó en rotundo. Lo cierto es que el Plan Director de la Catedral está a medio cumplir y la desafortunada pérdida de dos gárgolas va a permitir el arreglo integral del templo gótico. ¿Qué hay que sacrificar para salvar el resto del Patrimonio provincial?