El Festival de Cine Digital, epicentro de la creación audiovisual española

La noticia de que León acoge este fin de semana su primer Festival de Cine Digital ha corrido como la pólvora por el medio más instantáneo, transitado y completo de cuantos se dispone actualmente: internet. Mails, foros, chats, blogs y páginas web se han encargado de llevar la noticia hasta los lugares más insospechados, por lo que la capital leonesa se convertirá, hasta el domingo, en escaparate de la más vanguardista creación audiovisual y en foro de debate sobre las nuevas tendencias cinematográficas. El certamen comenzó ayer con la conferencia del profesor y crítico de cine Iván Reguera y el pase de los diez cortometrajes que aspiran al Premio del Público (que han de decidir los propios internautas con su voto en la página www.cilefestival.com, dotado con 2.000 euros) y al Premio del Jurado (dotado con 3.000 euros), jornada que contó con una positiva respuesta por parte del público. La democratización del cine: del sueño Zoetrope a Youtube fue el título de la conferencia de apertura: en ella, Iván Reguera explicó detalladamente el «recorrido» de la historia del cine «desde que en los años setenta Coppola predijera que el sistema de grandes estudios cinematográficos se tambalearía con la llegada de las cámaras de ocho milímetros». «Sí que se ha tambaleado el sistema -reconoce- pero no ha sido para tanto... Fue un poco una boutade del realizador de El Padrino , que seguiría haciendo películas no precisamente con cuatro duros, y su hija lo mismo». «Se ha dado -comentó- una cierta democratización, no del cine, sino de todo el audiovisual, y sobre todo una revolución mayor que la experimentada con la llegada del color, del sonido o de la televisión; se trata de la aparición de ventanas diferentes, sobre todo el móvil. En Estados Unidos, realizadores y cortometrajistas están haciendo obras en exclusiva para móviles, y la industria de los videojuegos hace mucho que superó allí a la del cine». «Desaparecerán los fotogramas -continuó- de aquí a como mucho diez años, y todo se hará de forma digital». Y concluye: «El problema no es el cambio de formatos, sino la falta de talentos de la que, creo, adolece el cine hoy».