El artista leonés Nadir presenta en Sardón su «tecnohiperrealismo»

Nadir es un pintor inquieto, en cada exposición muestra una nueva manera de entender la pintura, aunque sin dejar nunca de lado su gran virtuosismo. En la muestra que acaba de inaugurar en la galería Sardón, incorpora a su trabajo la iconografía digital a través, no de la fotografía y los programas informáticos, sino de una paciente labor de los pinceles sobre el lienzo. Conjuga así una técnica muchas veces centenaria con la visión actual del mundo que le rodea. Coincidiendo con la exposición ha publicado Nadir un pequeño libro en el que explica su teoría sobre lo que pinta. «Con la exposición se pretende fllevar a cabo la praxis de la teoría que aparece argumentada en el ensayo Tecnohiperrealismo, que recientemente he publicado. Este es un término novedoso, de nueva acuñación, que consiste en llevar a través de una metodología tradicional y sobre lienzo, las imágenes y elementos iconográficos del medio cibernético». Nadir ha convertido cada píxel imaginario en una tesela, en un diminuto mosaico, se ha asomado a la naturaleza y al mundo urbano a través de las ventanas de Windows, y lo ha hecho con la paciencia de un hábil artesano medieval. Los formatos con los que ha trabajado son mayores de los habituales en su obra y los temas que trata son enormemente variados, destacando sus retratos de la ciudad de León, de la que muestra atrevidas perspectivas enormemente detallistas. «León es el tema principal, pero también hay en la muestra aspectos vinculados a lo contemporáneo, imágenes de carreteras mezcladas con vistas marinas e imágenes florales, incluso interiores, bodegones con elementos cotidianos, pero dispuestos con calidades escultóricas. Lo principal es el tratamiento de descomposición cromática con macro pixelizaciones¿ y desde el punto de vista del contenido las alegorías, este es el caso de la espuma de un mar muy romántico, del agua de fregar cacharros¿ un juego lúdico con ese tipo de lenguajes». Trabaja Nadir desde la seguridad de la pintura bien hecha, desde la perfección técnica y, partiendo de esta base, se lanza a la búsqueda de nuevas sensaciones. «No sé cual será el final de esta línea que acabo de emprender después de mucha meditación y estudio, pero lo que está claro es que se trata de una nueva aportación al mundo de la pintura que, según mi punto de vista, ha estado estancada en los últimos tiempos». Lugar: galería Sardón. Juan Madrazo, 25. Horario: de lunes a viernes, de 11.00 a 13.00 y de 18.30 a 21.30.