Alguien ha matado a alguien

AQUÍ el patrimonio se nos cae a pedazos, pero el que nos expoliaron y custodian templos como la Biblioteca Nacional tampoco corre mejor suerte. Evocando al magistral Gila, alguien ha matado a alguien -en este caso la víctima es el Beato de Fernando I y Sancha-, pero no hay ningún sospechoso y que no lo busquen. No ha sido nadie. El códice está abarquillado por la humedad y dañadas sus miniaturas, pero no hay culpables. A mí que me registren. El beato fue a Roma y allí le dieron el «jubileo». ¿Es que los funcionarios de la Administración tienen licencia para aniquilar bienes que son patrimonio nacional? ¿A quién pedimos responsabilidades? Nos roban de San Isidoro un códice único en el mundo y tenemos que asistir, desde lejos e impasibles, a su destrucción. Además, hemos tenido que enterarnos de toda esta nefasta historia con siete años de retraso, sólo por el empeño del periodista Miguel Ángel Nepomuceno. Primero le negaron permiso para ver el beato. Luego, negaron que estuviera dañado. Pero había pruebas irrefutables y confesaron; eso sí, la culpa era de los anteriores, porque Rosa Regás no estaba en el año 2000. ¿Hay que aguantarse?