Diario de León

Poeta

«Me da pereza hablar de mi padre»

El autor participó en la presentación de una nueva edición de «Escrito a cada instante», de su padre Leopoldo, editada por el Ayuntamiento de Madrid con dibujos de Martín Chirino

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Pacho Rodríguez - madrid
León

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A Juan Luis Panero (Madrid, 1942) le molesta la luz. Pero la que le incordia es aquella que consiste en luminosidad de diseño, con focos indirectos que juegan a resaltar las bóvedas de la sala sótano del antes cuartel y ahora centro cultural Conde Duque, de Madrid, y a sobreexponer la mesa presidencial en la que se sentó. Alicia Moreno, concejala de las Artes en el Ayuntamiento madrileño, y José Paulino Ayuso, erudito y experto profesor de la obra del poeta astorgano Leopoldo Panero, uno de los grandes de la Generación del 36, compartieron ayer con Juan Luis Panero, hijo del escritor, un acto en el que se presentó una extraordinaria edición de Escrito a cada instante , obra de su padre que es ahora recogida en una tirada de dos mil ejemplares elaborados a mano, con ilustraciones de Martín Chirino, por la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid. Juan Luis Panero apenas interviene en su turno de palabra. Sólo al final del acto, de manera espontánea, suelta un: «Estas luces me recuerdan a los interrogatorios del franquismo¿». Vive en Cataluña y afirma que su obra poética está agotada. En realidad, quiere decir que todo lo que tenía que contar ya lo ha escrito. -Ha hablado poco de su padre, ni siquiera en el acto de presentación. -Cuando me llegó el libro volví a leer a mi padre. No lo había hecho desde que preparé la antología de sus poemas. Hacía mucho tiempo que no leía nada suyo. -¿Le cuesta volver al tema de la cuestión poética de su padre? -Me da pereza hablar de mi padre. -¿Por qué? -Porque llevo cuarenta años hablando de mi padre. -¿Cree que Leopoldo Panero está considerado como se merece? -Creo que sí. Es indudable que es un poeta importante. Pertenece a una generación en la que él destacó junto a otros de también mucha importancia. Había buenos escritores y, entonces, su obra tiene un valor alto. -¿Hasta qué punto considera que ediciones tan logradas como ésta de «Escrito a cada instante» ayudarán a conocer mejor la obra de su padre? -Deben servir desde el momento en que supone que una obra suya vuelve a estar en el mercado, que no la había desde hace tiempo. El hecho de que haya antologías poéticas está bien, hay un par, pero también cuenta estar en el mercado de alguna forma. -¿Y en cuanto a usted? ¿Cuándo volverá a estar en el mercado editorial? -No escribo poesía desde hace tiempo. Llega un momento en el que uno no escribe más. Para escribir poesía o se hace con el sentimiento o no se hace. Siete libros tampoco está mal. -¿Al menos lee lo que se escribe en la actualidad? -No sigo lo de ahora. Pero no por nada. No es cuestión de que me guste o no. Al final, uno relee. Me interesan más las memorias o las biografías. Vuelvo a Borges, Eliot, Cernuda¿ -Y Leopoldo María Panero, ¿qué le parece? ¿Le lee? -Hay poemas suyos que me gustan y otros no. Me pasa como con mi poesía. A veces le leo. Pero si no me llegan sus libros¿ Si se da la circunstancia de que aparece algún poema suyo, sí, le leo. -¿No se mandan sus últimos poemas? -Nunca nos hemos enviado obra. Eso lo hemos hecho así siempre. -¿Cuándo y cómo se ven? -Cómo nos vamos a ver si estamos a dos mil kilómetros. No nos vemos nunca. -¿No tiene curiosidad por volver a León, a su Astorga de la infancia? -No recuerdo ni la última vez que estuve allí. Hace muchos años que no voy. Ni ganas.

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