Carmen Calvo dijo ignorar el caso, pero una carta le avisó hace un año del deterioro del manuscrito
Hay pruebas de que el beato leonés fue manipulado pese a sufrir daños
Todas las pruebas se vuelven contra la Biblioteca Nacional y la ministra de Cultura, Carmen Calvo. Mientras en reciente visita a León la responsable de Cultura decía en rueda de prensa no conocer los daños y el uso que se le había dado al más valioso códice leonés del siglo XI, custodiado en la Biblioteca Nacional desde hace tres siglos, una carta fechada en Barcelona el 17 de febrero de 2006, a la que siguió una notificación notarial del día 2 de marzo, con acuse de recibo, ponía en conocimiento de Carmen Calvo los «graves daños sufridos por el códice en Italia, en el año 2000 y por otros usos indebidos en la citada Biblioteca». El jefe de servicios de la sección de manuscritos, incunables y raros del centro, Julián Martín Abad, emitió un informe, publicado por primera vez en este periódico, por el que daba fe de esos daños y desautorizaba a que el manuscrito fuera de nuevo prestado, usado para correcciones o fotografiado, para hacer un facsímil. Sin embargo, en contra de las recomendaciones del jefe de servicios la actual directora técnica de la Biblioteca, Teresa Malo de Molina, con el visto bueno de la directora del centro, Rosa Regás, autoriazaron a la Editorial Club Bibliófilo Versol a manipular el original, más de una vez, para hacer las pruebas de color de una edición «facsímil» que acaba de aparecer en el mercado. Desde el gabinete de prensa de la ministra se informó a este periódico de que el códice se «había manipulado una sola vez para esta edición y no se vende como tal». Por su parte la Editorial Versol, autora del nuevo fácsímil, publicita, tanto en su pagina web como entre compradores privados, que la edición es un facsímil auténtico, según prueba el documento notarial que acompaña a cada ejemplar numerado, que se ha puesto a la venta con la firma de Luis Rueda Esteban, notario de Madrid.