Editor de fascímiles
«La Biblioteca Nacional ha estado haciendo negocio con el beato leonés»
El editor afirma que «el Códice de Facundo está peor de lo que dice el informe y existe un trato de favor de la Biblioteca Nacional hacia determinadas personas y editoriales»
El editor catalán Manuel Moleiro, de cuyas prensas han salido algunos de los facsímiles más valiosos para las principales bibliotecas del mundo -entre ellos el Beato de Fernando I y Sancha -, ha manifestado a este periódico que desde la Biblioteca Nacional se había estado haciendo negocio con el beato leonés, así como un trato de favor con determinada editorial española para facsimilar el códice facundino, mientras que él había tenido que pagar en 1992 a la misma institución 392.660 euros. Tanto la ministra de Cultura como la directora de la Biblioteca Nacional tienen conocimiento de estos hechos, así como del deterioro del códice leonés. -¿Cuándo y de qué forma llegó a conocer que el Beato estaba deteriorado? -En enero del 2000 el códice partió para una exposición en Roma y a los pocos días tuvieron que enviar por él y traerlo a España porque el deterioro producido por la humedad era grande. Y esto no se hizo público. Pero entre los que estamos en este mundo de los códices sabemos inmediatamente lo que sucede en cualquier lugar. En su día, tanto la ministra Pilar del Castillo (PP) como el director de la Biblioteca Nnacional, Luis Alberto de Cuenca, aceptaron el informe de los expertos del laboratorio de la propia biblioteca, que recomendaba no volver a utilizar el manuscrito, debido al su alto deterioro; y lo archivaron. Tuvieron que pasar siete años hasta que Diario de León publicó por primera vez este informe, ya que la actual directora de la Biblioteca tampoco lo había dado a conocer, pese a mis continuos comunicados a ella y a la ministra. -El códice, contra todos los informes, volvió a prestarse para hacer un facsímil, pero ahora no dejan el «Cantar del Mío Cid» para exponerlo en Burgos. -Esa es la primera pregunta que hay que hacer a la señora Regás. ¿Por qué se permite manipular un códice deteriorado, saltándose todas las recomendaciones de los expertos? Y sobre todo, ¿por qué se oculta el informe y luego lo dan amputado? Sin embargo, con lo de Burgos, presentan con todo lujo de detalles el informe de por qué no se puede prestar el Cantar del Mío Cid. ¿ No es extraño tanto misterio? Creo que el Códice de Facundo está peor de lo que dice el informe; y lo que es peor, existe un trato de favor por parte de la Biblioteca Nacional hacia determinadas personas y editoriales. Desde el 2003 hasta febrero del 2004, la Biblioteca ha estado negociando con los facsímiles del beato leonés. -¿A qué clase de negocio se refiere? -La editorial Moleiro dejó en la Biblioteca Nacional los 77 ejemplares que estipula la ley y ésta podía venderlos a través de su librería, al precio de 59.888 euros. Nosotros ofrecimos comprárselos a ese precio y se nos negó. Pero cuál sería mi sorpresa cuando el 3 de diciembre de 1998, el entonces director de la biblioteca, Luis Alberto de Cuenca, me envía una carta reclamándome 32 ejemplares; algo inaudito, porque ya habíamos dejado 77 hacía cuatro años. Dándose cuenta del error, pide inmediatamente disculpas el 26 de febrero de 1999; error en el que incurre porque los otros 45 ejemplares en depósito ya no estaban en la biblioteca. Sencillamente, los estaban vendiendo o los habían vendido personas vinculadas con esa institución o con amigos dentro. De hecho, a mí me los ofrecieron los que tienen amigos dentro de la biblioteca a un precio entre un 70 y un 200% más caros. Por eso, me dirigí a la biblioteca para comprar todo el stock que tuvieran a la venta. Aunque obtuve varias negativas, diciendo que no tenían ejemplares, el «negociador» dice que sí hay ejemplares, pero que le han obligado a decir que no. Por último, decide venderme 33 ejemplares del Beato y 35 del Libro de Horas de Carlos VIII, que yo también facsímile en su momento. Por todo ello, pagué por adelantado 194.697 euros, en octubre del 2003, con lo que creí finiquitado este espectáculo bochornoso. -¿Y fue así? -En absoluto. El 5 de febrero del 2004, recibo un correo electrónico, del «negociador» ofreciéndome tres ejemplares del Beato de Fernando y Sancha y cuatro del Libro de Horas. Quedé atónito, pero, ante la factura que me envió, no tuve otro remedio que dar crédito a lo que leía. Escribí a De Cuenca poniéndole al corriente del asunto y consiguió poner fin a la extorsión al venderme la biblioteca los últimos ejemplares en febrero del 2004, al precio de 19.479 euros. De esto tiene conocimiento por carta notarial la directora actual, con fecha del 27 de enero del 2006 y en dos ocasiones posteriores. El 16 de marzo del 2006 recibo una carta de Regás en la que me dice que ha trasladado a la asesoría jurídica del ministerio toda la documentación para que proceda en consecuencia. Hasta hoy, el silencio es la única respuesta. -Todo empezó con el PP y terminó con el mismo gobierno. ¿Qué tiene que ver en todo esto la actual administración? -En primer lugar, el silencio. Yo firmé en el 92 un contrato para facsimilar el beato con el Gobierno socialista. Luego recibo una carta de la administración del PP reclamándome esos ejemplares de los que luego tienen que retractarse ante el bochorno de no estar informados. ¿Por qué no se han pedido explicaciones a este hecho y por qué se ha vuelto a prestar el Beato para hacer una edición facsímil cuando ya existía otra perfecta, según palabras de los técnicos de esa Biblioteca, y la nueva no mejora en nada a la anterior? Y lo más flagrante: yo pagué en 1992 a la biblioteca por los derechos de edición del códice de Fernando 359. 939 euros; derechos que ahora no se cobran a la editorial Versol, autora de la segunda reproducción. Es más, se los regalan, y ligan el nombre de la Biblioteca Nacional a la publicidad de Versol (algo inaudito). Además, tuve que dejar en depósito los 77 ejemplares más seis para el Rey y altos cargos. En cambio, Versol sólo dejó 20. ¿Puede un medio estatal como la Biblioteca Nacional hacer esta clase de favores?