La gijonesa Caterina Delmiro lleva sus paisajes asturianos a Sharon Art

Existe una escuela asturiana de pintura con unas características muy concretas que dedica sus esfuerzos, preferentemente, a la interpretación del paisaje del Principado. Está formada por una serie de jóvenes artistas que parten de las enseñanzas y el ejemplo de Favila, un clásico de la pintura y escultura asturiana que imparte su magisterio desde Avilés. Todos estos pintores tienen como puerta de entrada en la meseta, en León, no el mítico puerto de Pajares, sino la joven galería Sharon Art, donde habitualmente presentan sus trabajos. Estos días es Catalina Delmiro la encargada de dar buena muestra de la actualidad pictórica de la vecina región. Catalina Delmiro gusta de recrearse en el agua, pinta con singular pincelada calles mojadas, torrenciales ríos en primavera y las costas y las rías de su tierra. «No podría ser de otra manera -explica- en Asturias llueve abundantemente, tenemos la referencia del mar... en fin, me siento muy identificada con el agua y por eso es protagonista de la mayor parte de mis obras». Una obra más madura La pintora, que visitó León hace poco más de un año, piensa que en este espacio temporal su obra ha madurado. «Los temas son más o menos parecidos, aunque sigo tratando de una forma muy especial los relacionados con el agua, en esta ocasión se pueden ver en la exposición parques, paisajes urbanos... aunque siempre con ese toque gris que caracteriza los ambientes asturianos». Los paisajes de Delmiro están impregnados de silencio, son escenarios llenos de soledad en los que las personas no existen. Las luces y las sombras se disputan la preponderancia en sus lienzos, sin que ni unas ni otras lleguen a ganar la partida. Hay que destacar sus impresionantes visiones nocturnas de los puertos marineros, en los que con solamente unas oscuras masas de color y la agresiva incidencias de las luces de los barcos anclados reflejándose en el mar, conforma unos cuadros de gran belleza formal, sin que en ningún caso su pintura busque el efectismo ni la facilidad. Otro pintor, Crespo Joglar, analiza así el trabajo de Catalina Delmiro: «Sus pinceladas son sueltas y atrevidas, en su manera de realizar la mancha, alcanza una densa y grata expresividad. Formas y color concretan con maestría la amplia serie temática de su obra, alcanzando un cromatismo delicadamente articulado y una luminosidad perfectamente matizada». Horario: de lunes a domingo de 18.30 a 21.30. Calle Cervantes, 10, esquina Dámaso Merino.