Un dispositivo de seguridad impresionante velará para evitar atentados durante los Oscar

Todo el mundo estará pendiente el domingo de la gala de los Oscar. En esta edición, como en otras precedentes, los organizadores se encuentran obsesionados por la seguridad. Hollywood permanecerá en un virtual de estado de sitio cuando se ponga en marcha un impresionante dispositivo policial para garantizar que no haya atentados ni incidentes. Controles, identificaciones de personas, inspecciones de motos y automóviles, incluidas las limusinas de las estrellas: las fuerzas del orden no quieren perder de vista ni por un instante el desarrollo del evento. No en vano, los atentados del 11-S y la guerra de Irak han sumido al país en la paranoia de la inseguridad. «Hemos tomado todas las medidas que estimamos necesarias para proteger un acontecimiento de semejante magnitud. Es una manifestación de primer orden para Los Ángeles y Hollywood, el mundo entero tiene los ojos puestos en nosotros», explica el teniente Paul Vernon, portavoz de la policía de Los Ángeles. Al ser consultado sobre la presencia de tiradores de élite en los tejados, Vernon se niega a entrar en detalles pero apunta que «cientos» de sus colegas estarán en los alrededores. El dispositivo de seguridad de estos últimos años incluía unidades de desactivadores de explosivos y bomberos especializados en el manipulación de materiales peligrosos. Teatro Kodak El punto central del desplazamiento será el teatro Kodak, donde 3.400 personas, la mayoría grandes nombres del séptimo arte, acudirán a partir las cinco de la tarde a la gala del cine, que se transmite a cientos de millones de telespectadores del mundo. A partir de hoy, la Policía comenzará a cerrar las calles alrededor del complejo. Una docena de arterias del barrio, que tienen acceso a una autopista, estarán cerradas al tráfico. Randolph Hall, especialista en seguridad pública, subraya que los casos de atentados terroristas contra grandes eventos como los Oscar son raros. La única excepción fue la toma de rehenes en los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. «La razón por la cual la seguridad es verdaderamente importante en un evento como éste es porque lo medios están ahí para cubrirlo». Subraya también que más que el terrorismo, los organizadores temen a «las personas que no tienen entradas, las atraídas por las estrellas.