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El descubrimiento será la base para analizar cómo se fraguaron las sociedades complejas

Un equipo español halla en Siria la ciudad más antigua del mundo

El yacimiento de Tall Humeada permitirá estudiar los orígenes de la civilización y de la escritura

Publicado por
Arantza Prádanos - madrid
León

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El hombre se separó del mono en África, pero el homo urbanicus , el urbanita de hoy, nació en Mesopotamia. La tierra mítica entre el Tigris y el Éufrates alumbró las sociedades complejas y al hombre moderno, y allí, en la cuna de la civilización, donde los arqueólogos de medio mundo se disputan hallazgos a cara de perro, un equipo español ha localizado el rastro de una de las ciudades más antiguas de la humanidad, con casi 5.500 años de historia a cuestas. El fruto material del descubrimiento puede parecer poca cosa; no hay alhajas, ni esculturas imperiales, nada de palacios monumentales. Sin embargo, los cuencos de arcilla tosca localizados a cielo abierto en Tall Humeada, al noreste de Siria, curso medio del Éufrates, son oro puro. «Pueden dar respuesta a grandes interrogantes de la historia» e incluso «modificar algunos conocimientos que se creían consolidados» sobre cómo y de qué manera se gestaron las sociedades complejas de hoy, explica Juan Luis Moreno, de la Universidad de La Coruña y responsable del proyecto Medio Éufrates Sirio . Los recipientes fueron localizados a centenares el pasado verano, durante la segunda campaña de rastreo en la zona. Como tantas veces, la casualidad echó una mano. Nadie sabía que los cuencos estaban allí, en superficie, visibles sin remover una sola piedra. Nadie los había buscado nunca, ni las decenas de equipos internacionales que peinan la orilla izquierda del río desde hace décadas, ni los expoliadores arqueológicos. Esa zona era una extraña terra incognita , un erial despoblado al que nadie se había asomado porque se creía limpio de vestigios históricos. Eso fue lo que llamó la atención de los españoles. «Lo elegimos porque nos sorprendía ese vacío de la investigación, de las crónicas de los viajeros antiguos y modernos. Era extraño que por su topografía allí no hubiera nada». Pero resulta que sí. Que allí donde el Éufrates se encajona en una garganta hubo un enclave urbano en torno al 3.500 a. de C., hijo de la cultura Uruk, la ciudad iraquí que da nombre al período sedentario.