Diario de León

Ángel Muñiz Alique lleva desde 1999 trabajando en este proyecto encargado por De Francisco

Ordoño II espera el «sí» del Consistorio para ser terminado e instalado en León

La monumental estatuta, de cuatro metros de altura, «duerme» en una nave de La Virgen

Estado actual en el que se encuentra el proyecto

Estado actual en el que se encuentra el proyecto

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E. Gancedo - león
León

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Una gran estatua de Ordoño II -el primero que empleó el título de rey de León-, de más de cuatro metros de altura, con su espada, su centro y su corona, aguarda a que el Ayuntamiento se decida por fin a hacer efectivo el contrato que suscribió con su autor, el veterano escultor leonés Ángel Muñiz Alique, para diseñarla y elaborarla con vistas a su colocación en un espacio aún indeterminado de la ciudad. La estatua supone la realización de viejos proyectos y sueños recurrentes en una capital que fue asiento de reyes pero que aún no cuenta con ninguna efigie de sus históricos monarcas. Actualmente, este Ordoño II permanece en el taller que Muñiz Alique tiene en La Virgen del Camino. Aunque ya se habían establecido contactos y conversaciones en los años ochenta con el alcalde Juan Morano Masa, no fue hasta 1999 cuando el por entonces concejal José María Rodríguez de Francisco le encarga oficialmente este trabajo al escultor Ángel Muñiz. El contrato, no obstante, tardaría en firmarse: sería en el 2002 -posiblemente con vistas a las elecciones del 2003- por un total de diez millones de las antiguas pesetas, cantidad que en realidad no hacía del todo justicia al valor de la monumental obra. El proyecto es aprobado por el ayuntamiento y comienzan los trabajos, pero Muñiz cobra tan sólo la mitad de lo acordado y la obra se detiene. En ese ínterin cambia el color del gobierno municipal y las conversaciones con el nuevo equipo, según comenta el escultor, no acaban de fructificar. Y es que la peregrinación del artista por los pasillos del Ayuntamiento continuaría hasta el mismo día de hoy a partir de ese momento. Nuevo contrato incumplido Se modifica de nuevo el equipo de gobierno municipal con la moción de censura de Mario Amilivia en el 2004 y Muñiz Alique se interesa de nuevo por el estado del proyecto. Recibe promesas de altos cargos de que irían a visitar el estado de los trabajos «pero nunca fueron», avisa este prolífico escultor. Anda el tiempo y el pasado verano, a raíz de la denuncia enviada a los medios de comunicación por la concejala socialista en la oposición Evelia Fernández, Mario Amilivia se reúne con Ángel Muñiz y firma con él un contrato que «anulaba el anterior» y fijaba el importe de los trabajos para terminar la estatua en 150.000 euros, «a realizar en siete meses -explica el autor-, y a pagar el 50% a la firma del contrato, el 25% a la terminación del modelado y el 25% restante al retirar la efigie de la fundición». «Y ahí empieza el engaño», aclara el escultor. Visitas a secretarías y vicesecretarías, «vuelva usted mañana» y hasta insinuaciones para que él mismo adelantara 30.000 euros e incluso para ver si se podía hacer «en un material que fuera más barato». En conclusión, el contrato no se ha hecho efectivo y el autor no ha percibido ni un euro de la cantidad comprometida. Pero además, en el pasado Pleno del Ayuntamiento, en el que, según se le prometió, se iba a debatir y aprobar su proyecto, no sólo no se habló una palabra del rey Ordoño, sino que se aprobaron otros dos proyectos escultóricos diferentes: «Un monumento a los médicos y el homenaje a las Cortes Leonesas en la plaza de su mismo nombre», informa el artista. Muñiz lamenta que esta inactividad forzada «no sólo me está perjudicando a mí, sino que también, y sobre todo, les está perjudicando a terceras personas». Si en este mismo momento el Consistorio decidiera dar luz verde al proyecto, serían necesarios, dice Muñiz, «cuatro meses de trabajos, más otros dos meses de fundición». La estatua del monarca leonés ha sido modelada en barro. Según el proyecto original, después se fundiría en bronce y se instalaría en una alta peana decorada con motivos históricos.

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