«Soy un niño grande» Aguzo llenó las calles de León con los cánticos festivos de las marzas

«¡Qué difícil me resulta!/ No encuentro yo las palabras/ para expresar lo que quiero,/ que son regias alabanzas/ muy sentidas, que merecen/ estas fiestas de las marzas./ Que pocas fiestas más regias,/ más leonesas, más lozanas,/ existen en nuestra tierra,/ que estas fiestas¿ tan sonadas...». Así comienza el romance compuesto por el profesor de literatura y crítico del Diario de León Nicolás Miñambres para abrir ayer las marzas, una celebración rescatada desde hace siete años por el grupo de cultura tradicional leonesa Aguzo. Las marzas eran en la cultura europea anterior a la conquista del Imperio Romano las fiestas con las que se conmemoraba la llegada del nuevo año -que comenzaba en marzo, con la llegada de la primavera-. Fiestas de buenos presagios; de renovación del ciclo de la naturaleza. Después de la lectura del romance de Miñambres y tras solicitar «licencia» a las autoridades con el tradicional canto, la «cuadrilla» recorrió las calles del casco antiguo cantando y rondando a las mozas al son de instrumentos típicos como la gaita, la zuzaina y la pandereta. Decenas de personas siguieron este signular desfile que concluyó en la plaza de la Catedral, donde se volvió a cantar y bailar y se repartirá vino, pan y queso.