La regla para la excepción
La razón de la modificación es establecer un nivel de protección arqueológica en consonancia con los últimos descubrimientos realizados, con el fin de que se puedan preservar del mercado inmobiliario elementos hasta ahora no protegidos pero que presenten características que los hacen merecedores de la protección, caso de los Principia. Por eso resulta extraño que se hayan anexado unas fichas en las que limitan en cierto modo los descubrimientos que puedan producirse a posteriori de la aprobación de dicha normativa. Si León es en sí un yacimiento, ¿Por qué no prever la protección de todo lo que éste pueda llegar a abarcar? En cualquier caso, se amplian los elementos protegidos dentro del ámbito de la ciudad de León, y se recoge de modo sistemático los restos arqueológicos romanos. Cabe destacar que existe ya una iniciativa de la Junta de Castilla y León englobada dentro del sistema patrimonial que evidencia la calidad y la importancia de estos restos. Esta normativa, que llega además con la puesta en marcha de la ruta romana de la ciudad, ha surgido tras la movilización ciudadana que siguió al peligro de destrucción de los Principia, unos restos de capital importancia para analizar el papel que el campamento de la Legio VII jugó en Hispania. Puede que con ella, su conservación sea más fácil.