«El método Grönholm» ofrece hoy una visión «extrema» del mercado laboral

Hace unos años, en una papelera de Barcelona se encontraron unos papeles en los que un empleado del departamento de personal de una cadena de supermercados había anotado sus impresiones sobre las candidatas a un puesto de cajera. Los comentarios estaban llenos de frases del tipo «gorda, tetuda», «moraca, no sabe ni dar la mano», «voz de pito, parece idiota», etc. Expresiones groseras, machistas y racistas pero que fueron la base sobre la que el dramaturgo Jordi Galcerán escribió uno de los textos teatrales más espléndidos, ágiles, divertidos y lúcidos del momento, sin duda de los más aplaudidos y mejor criticados: El método Grönholm , que hoy se representa en el Auditorio Ciudad de León con su reparto original, formado por Carlos Hipólito, Cristina Marcos, Jorge Roelas y Eleazar Ortiz. El propio Galcerán ha dicho que aquel empleado, «escudado en la sagrada misión que le había sido encomendada, se creía con derecho a emitir y poner por escrito aquellas sandeces sobre una serie de personas a las que no conocía de nada. El hecho de tener el poder para otorgarles o no un trabajo le legitimaba para ser cruel, implacable. Imaginé a esas pobres chicas intentando dar una buena imagen de si mismas, una imagen empresarialmente correcta, intentando hacer lo que creían que se esperaba de ellas, dispuestas a soportar incluso pequeñas humillaciones para conseguir ese trabajo que necesitaban». Eso es, pues, lo que hacen, llevándolo hasta el extremo, los personajes de El método Grönholm , ya que, como comunican desde la compañía Producciones Teatrales Contemporáneas, «no importa quiénes somos ni cómo somos, sino lo que aparentamos ser. Nuestra auténtica identidad no le importa a nadie, ni a nosotros mismos. De estos pequeños efectos colaterales del capitalismo es de lo que habla esta comedia». El montaje, que ha recibido el Premio Ercilla 2004 a la Mejor Creación Drámatica y el Premio Mayte de ese mismo año para Carlos Hipólito, tiene como protagonistas a los cuatro últimos candidatos para una plaza de ejecutivo en una importante multinacional, reunidos para ser sometidos a las pruebas finales del proceso de selección. Técnicas reales Unas pruebas que rayan el absurdo y que nada parecen tener que ver con el puesto de trabajo en sí. Unas pruebas terribles en ocasiones, denigrantes en otras, surreales, un verdadero «tercer grado» en el que nada es lo que parece. Una tortura psicológica que hay que superar, por encima de todo y de todos, pues el bien al que se aspira parece superior a ello: el trabajo. Sin embargo, todas las pruebas a las que son sometidos los aspirantes, y por increíble que parezca, «están inspiradas en técnicas reales de selección de personal, documentadas de los sesudos volúmenes escritos por especialistas del tema». Agregan desde la compañía que lo único que hace la obra es llevarlas «hasta el extremo sin ocultar la comicidad que llevan implícita». Aunque para el estreno en la capital leonesa las entradas llevan semanas agotadas, el Teatro Bergidum de Ponferrada acoge su representación este viernes (doce euros, diez para jóvenes, parados y pensionistas, las entradas llevan a la venta desde el lunes). Teatro que divierte y que invita a reflexionar. Hora: 21. 00. Lugar: Auditorio Ciudad de León. Entradas: 18 euros (ya agotadas).