Un «sinvergüenza» que se despide

Pepe Rubio deja los escenarios. Han pasado 52 años desde que se subiera por primera vez a las tablas del Teatro Español en un coro de Edipo junto a Paco Rabal, y cree llegado el momento del adiós. Lo hace con la cabeza bien alta y recurriendo al mismo «sinvergüenza» al que le debe su enrome popularidad y su éxito más sonado. Como siempre, promete carcajadas al espectador. ¿Qué fue del sinvergüenza? se titula la pieza de su despedida. La ha llevado por toda España en gira durante el último año y recala ahora en teatro Real Cinema de Madrid (Plaza de Isabel II, 7). La comedia es esta vez de Rafael Mendizábal. Han pasado tres décadas desde que Pepe Rubio encarnara por primera vez al Lorenzo de Enseñar a un sinvergüenza , comedia de enredo del hoy olvidado, cuando no denostado, Alfonso Paso que se estrenó en un teatro de la Gran Vía madrileña en 1968. Supuso para Rubio un éxito sin precedentes. La mantuvo en cartel la friolera de 17 años, con 14.000 representaciones y casi diez millones de espectadores. En ciudades como Valladolid se repuso sin interrupciones a lo largo de once años. La llevó al cine junto al Carmen Sevilla y hasta hubo una versión televisiva con Concha Velasco como protagonista femenina. «En la vida todo tiene su fin y ha llegado la hora de decir adiós a este oficio que tanto amo. He conseguido mantenerme durante 52 años y me voy con toda la pena y con todo el dolor del mundo, pero también más que satisfecho por haber hecho reír a la gente» dice el veterano cómico, que comenzó como botones en una productora. Y en su adiós desde las tablas promete Pepe Rubio risas. «El público necesita reírse, y más en unos tiempos trágicos como éstos en los que el entretenimiento que proporciona la alta comedia no tiene demasiada consideración en relación con lo que llaman teatro serio». «Hacer reír es cultura», dice.