Diario de León

Acaba de presentar un poema exculpatorio llamado «Estúpido agosto»

Günter Grass acusa a la prensa alemana de intentar aniquilarlo

Les llama «moderna inquisición» por airear su pasado como miembro de las Waffen SS

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Enrique Müller - berlín
León

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Desde el mes de agosto del año pasado, Alemania y el resto del mundo sabe que Günter Grass, el más famoso de todos los escritores germanos, ocultó durante 61 años un secreto terrible: su militancia voluntaria en las Waffen SS, el temido y sanguinario brazo armado del partido nazi. Con 78 años cumplidos y dueño de todos los honores que ofrece el mundo de la literatura, Grass en el otoño de su vida, decidió corregir voluntariamente su biografía personal y admitió públicamente su pecado de juventud. Aunque el escándalo que desató en Alemania la confesión tardía de Grass dejó de ser un tema recurrente en la prensa, su militancia en la división Fundsberg, que fusiló en los últimos meses de la guerra a centenares de prisioneros rusos, acabó para siempre con el pedestal que tenía Grass como autoridad moral del país, un hombre que siempre apunto con un dedo acusador a los que querían olvidar su pasado nazi. Acosado por la crítica, Grass intentó defenderse y afirmó, cuantas veces pudo, que él jamás había disparado un tiro durante la guerra. Muy pocos le creyeron y, desde entonces, muchos se preguntan si Grass no participó activamente en los fusilamientos que llevó a cabo la siniestra división Fundsberg. El escritor tardó seis meses en digerir el escándalo. Aislado del mundo y con su orgullo destrozado, Grass decidió lamerse sus propias heridas con un libro de poemas que ayer salió a la venta en Alemania con un titulo sugerente: Dummer August , que en español podría llamarse Estúpido agosto . Es cierto, el mes de agosto del año pasado fue quizás el peor mes en la larga y exitosa vida del escritor, pero Grass, en lugar de asumir su pecado, aceptar la critica y recuperar la inspiración, optó por hacer un furioso ajuste de cuentas con la prensa, en especial con el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung , que publicó la famosa entrevista el 12 de agosto de 2006. En una extensa entrevista concedida a la agencia de noticias DPA, publicada con ocasión de la venta de su nuevo libro, Grass dijo que la cobertura de prensa germana había sido un intento de aniquilarlo y calificó como «infame» la campaña mediática iniciada, según el escritor, por el Frankfurter . Grass se define como una victima de una moderna inquisición, utiliza la ironía para calificar a los periodistas como «héroes modernos» y se compara con un indefenso conejo al que le quitan la piel. Pero Grass vuelve a cometer un error que lo está convirtiendo nuevamente en un objetivo para ser atacado. El escritor, junto con derrochar una buena dosis de autocompasión, hace responsable a terceras personas -casi siempre periodistas- de la tragedia vivida en el «estúpido mes» de agosto de 2006.

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