Diario de León

| Reportaje | Una diosa underground |

Vanexxa rompe y raja...

La artista madrileña, una especie de «Liza Minelli suburbial», actuó anoche en el Musac, donde ofreció su peculiar espectáculo en el que recita, canta, rapea y evoca a los cabarets berlineses

Un momento de la actuación de la singular artista madrileña Vanexxa en el vestíbulo del Musac

Un momento de la actuación de la singular artista madrileña Vanexxa en el vestíbulo del Musac

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Pacho Rodríguez - león
León

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Lo último de lo último. Ha nacido una estrella. Cabaretera y cantautora. Inclasificable, de esas a las que hay que añadir lo de: «No se la pierdan». Actúa por locales a los que se acercan tanto intelectuales como crápulas, artistas más convencionales o público que está harto de más de los mismo. Vanexxa es todo menos una más. Llegó anoche al Musac dispuesta a triunfar con una máxima: no dejar a nadie indiferente. Es más, esto tiene pinta de convertirse en un te amo o te odio. La cantante llegó rodeada de la máxima expectación. De momento, todos aman a Vanexxa. Es probable que ella se sienta tan satisfecha de lo primero como de lo segundo. Es una Liza Minelli suburbial o una diosa que ha bajado a lo underground. Anda por la Mala Rodríguez aunque pueda que sea una Chavela pasada por La Naranja Mecánica, una arrabalera futurista. Es Vanexxa, que se deja las equis cuando pasea por Madrid y detrás tiene una historia siempre en estado de invención. En este su primer disco, resumido todo bajo el título de Se rompe o se raja, expresión latinoamericana que viene a decir ahora o nunca, de la siempre alerta factoría Subterfuge. El famoso Capi Arenas, el productor amigo de Alejandro Sanz, la descubrió cuando ella tenía apenas quince años. Y sí, sacó un disco en el que hablaba de su vida. Y ahora llega Vanesa con voz de Vanexxa. En sus canciones cuenta un mundo lleno de desasosiego, historias oscuras y, al final, una dosis de esperanza que surge si se mira al cruel espejo que propone. Recita, canta, rapea, todo al ritmo de quince canciones que no han dejado indiferente. Y lo mejor, con un paso al directo que no tiene nada de ortopédico, porque la chica es versátil y dispuesta. Hay que oír el disco porque el envoltorio contiene dulce veneno. Una mirada intranquila a lo cotidiano y una propuesta que sorprende. Vanexxa es, sin temor dudas, lo último de lo último.

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