El Auditorio acogerá durante dos días «Auto», protagonizada por una de las actrices más queridas
León recibe esta semana a Javier Krahe y a Carmen Machi «Aída»
Las reducidas dimensiones del Gran Café dejarán fuera a decenas de fans del cantante
Odia el término cantautor. Le gusta más la denominación «cantante letrista». Sus seguidores le consideran el pionero del gamberrismo musical. Empeñado en llevar su música por un circuito de pequeñas salas, siempre hay cientos de fans frustrados por no poder escucharle. Algo así ocurrirá el próximo jueves en León. El reducidísimo espacio de El Gran Café dejará con las ganas a muchos leoneses, que no podrán oír en directo al maestro Krahe, cinturón negro como compositor, sobre todo desde la aparición de su último disco, Cinturón negro de Karaoke, décimo álbum en solitario de este cantante que prefiere llamar a sus temas canción-lamento o canción-pregunta y que no ha perdido la ironía que ha marcado toda su carrera. Krahe, que colgó primero sus estudios de Económicas y a los 35 dejó la publicidad para dedicarse a cantar, dará rienda suelta a su particular sentido del humor con canciones que hablan de la taberna de Platón o de que en el mundo «no todo va a ser follar», pues «habrá también llevar a arreglar el coche y habrá que quitarle el polvo a la biblioteca». La otra gran protagonista de la semana será la actriz Carmen Machi, la conocida Aída de la serie del mismo nombre que emite Telecinco. Carmen Machi llegará al Auditorio con Auto , de Ernesto Caballero, en la versión más ácida que se ha hecho de la obra quince años después de su primera puesta en escena. En sesión doble -martes y miércoles- Machi se mete en la piel de una mujer casada cuya principal preocupación son los electrodomésticos. Carmen Machi estará acompañada en el escenario por Eva Santolaria, Marisol Rolandi y Vicente Díez. El montaje es una especie de auto sacramental moderno, aunque en clave irónica y desenfadada, que sirve al autor para moralizar sobre aspectos de la vida actual, como el consumismo o la mediocridad.