«El periodista debe buscar más proximidad a la sociedad civil»

Al periodista Fran Llorente le encomendaron durante la etapa de Carmen Caffarel la reforma de los informativos de TVE, que suponía materializar el compromiso asumido por Zapatero de dejar a la cadena pública al margen de los vaivenes políticos. Llorente se tomó en serio la tarea y ha sido confirmado en el cargo de director del departamento por el actual presidente de la Corporación, Luis Fernández. Para el ex director de La 2 Noticias , la emisión de Tengo una pregunta para usted , el programa en el que cien personas abordaron al presidente de Gobierno, es el símbolo que confirma el proyecto, «la prueba del nueve» en el logro de una información veraz que represente a los ciudadanos. -El presidente de RTVE, Luis Fernández, señaló que la entrevista a Zapatero debería hacer reflexionar a políticos y periodistas. ¿Está de acuerdo? -Hemos estrenado un nuevo formato en España y ha demostrado que todo lo que sea acercar a los ciudadanos a los temas que le preocupan es un camino positivo. Estamos en un momento importante de transformación de los medios tradicionales, no sólo de la televisión, que pasan por acercar a la ciudadanía a los bloques de decisión. -Fernández quizá lo decía por la sensación de que el periodismo se está alejando de la calle, y los políticos también. -Esa es una de las reflexiones que nos tenemos que hacer, si a veces los periodistas no nos alejamos demasiado de los temas que preocupan a los ciudadanos. Esta pregunta me la vengo formulando a mí mismo desde que estaba en La 2 Noticias , donde siempre apostamos por cambiar la agenda tradicional. Siempre he dicho que las presiones reales son las de la rutina de la agenda que nos aprieta, y que a veces los periodistas nos dejamos marcar por los poderes de todo tipo, políticos, económicos, etc. Tenemos que buscar más proximidad a la sociedad civil. Eso estamos intentando en los informativos de TVE. Y esta práctica ha tenido su explosión en Tengo una pregunta para usted , que es un gran símbolo de esa participación que buscamos, sin intermediarios, y de una televisión pública de todos los ciudadanos, veraz e independiente. -Da la impresión de que el público huye de escuchar los mismos temas que abordan los informativos. -Yo creo que los periodistas insistimos demasiado en los mismos asuntos, aunque hablemos de temas que interesan a los ciudadanos. Las grandes cuestiones de la política española interesan, pero no sólo eso. Buscan más cosas. Y a base de repetir no dejamos hueco para otra clase de informaciones. Nosotros estamos intentando abrir el abanico en los telediarios. -Se reunieron con los cien ciudadanos antes de la entrevista ¿Cuáles eran sus preocupaciones? -Vimos que estos ciudadanos, que eran una muestra de los españoles, tenían unas inquietudes muy diferentes y plurales y sabíamos desde un principio que no podían intervenir todos. ¿Por qué llevamos a cien? Para que la muestra de Demoscopia fuera representativa de verdad tenía que contar al menos con cien personas. Cada uno llevaba en su cabeza varias preguntas, y no entraron cuestiones de Sanidad, de listas de espera o de medio ambiente porque ellos mismos eligieron una de sus cuestiones. Era una sorpresa lo que iban a preguntar y ésa era la parte bonita e imprevisible del programa. Nadie preguntó de las reformas estatutarias, y de cien sólo una se refería al 11-M. -El programa también demostró que es difícil que los políticos se salgan del guión aprendido, «del traje de sus cargos», como dijo Lorenzo Milá... -Cada uno podemos tener una impresión diferente, pero lo cierto es que el programa interesó a cerca de 6 millones de personas, que aguantaron dos horas. Evidentemente, el formato era nuevo para el presidente de Gobierno, que se enfrentó sin red a la experiencia, para los ciudadanos y para el propio Milá. Nosotros tratamos de trasladarle a los cien que todos éramos un equipo y que sintieran que representaban a España. Y uno de los grandes éxitos del programa es que los espectadores se han identificado con los entrevistadores. La muestra de Demoscopia hizo un trabajo fantástico. - ¿El asunto del café era para tanto? -Es evidente que en los medios de comunicación nos fijamos en las cosas llamativas. Está bien que se hable de una anécdota, que es lo que da chispa frente a temas más profundos. Lo del café fue la prueba del nueve de que aquello era veraz, de que nadie sabía qué iban a preguntar, y de que no es ésta la televisión del Gobierno. El programa estaba en la línea de lo que buscamos en la televisión pública, que se discrepe con educación y respeto. -¿La crispación política aleja a los ciudadanos de los informativos? -Para mí es clarísimo. La crispación motiva a una parte de los ciudadanos que son más militantes, que se reestimulan con los discursos más tensos, pero a su vez produce alejamiento. Ante esta situación el periodismo y los informativos deben buscar su propia agenda. Está muy bien que la política esté enzarzada en determinados temas, pero se debe hablar de otras cosas que preocupan al ciudadano. -Se especula con su presumible relevo al frente de los informativos... -Tranquilamente tengo asumido que mañana puedo ser ex director de informativos desde que llegué al cargo. Pero la verdad es que los confidenciales me ofrecen poca confianza.