Seguridad, higiene y mejora en los accesos brillan aún por su ausencia en la joya mozárabe
Comienzan por fin las obras para llevar la luz eléctrica a San Miguel El lunes y el martes, cerrado
Los trabajos durarán un mes y sólo «acercarán» el fluido al templo, pero no lo iluminarán por dentro
Lo denunciaba el Diario de León el 11 de enero del 2005 y desde entonces tanto este periódico como otros colectivos sociales y culturales no han dejado de dar la voz de alarma: San Miguel de Escalada, la joya mozárabe del siglo X, declaradado monumento nacional en 1886, no tiene luz. Un buen síntoma de otras carencias que aquejan al templo y que reflejan una situación casi tercermundista: no hay baños, ni un aparcamiento decente, ni medidas de seguridad, ni un centro de recepción que coordine y obtenga beneficio de la gran cantidad de visitantes -muchos de ellos centroeuropeos- que se acercan a este rincón de la ribera del Esla para contemplar el monasterio. Sólo después de tantas críticas y movilizaciones -como las de la asociación Pro Monumenta, que en dos ocasiones lo iluminó de forma simbólica con más de 40.000 vatios-, la Comisión Territorial de Patrimonio parece haberse dignado a dar luz verde al comienzo de las obras: este fin de semana aparecieron frente al templo materiales de obra, tubos, cables y máquinas excavadoras, y las obras ya han comenzado. Estos trabajos son posibles gracias a los 50.000 euros aprobados por la Junta el pasado mes de diciembre dentro de una partida de 90.000 que incluía la creación de un centro de interpretación del cual, por el momento, nada se sabe. El alcalde de Gradefes -municipio al que pertenece el pueblo de San Miguel y entidad a la que ha sido transferida la citada cantidad para materializar los trabajos-, Tarsicio Sánchez Corral, estima que las obras culminarán en un mes, aproximadamente. Cerca, pero no del todo Lo cual no quiere decir que el interior del templo vaya a poder verse a la caída del sol. Las obras de la Junta llevarán el alumbrado público hasta el monumento, pero después habrá de efectuarse el «enganche» al monumento, es decir, pasar de la alta a la baja tensión. Esta intervención precisará de un completo estudio, puesto que el monasterio es un edificio muy complejo, con materiales delicados y problemáticos, presencia de magnetismo, etc. A este respecto es necesario recordar las impresiones de Artemio Sánchez Tejera, autor de la única tesis doctoral escrita en España sobre el monumento. En una visita realizada el pasado mes de diciembre, se mostró asombrado por el escaso tiempo que dedican los turistas a visitar San Miguel de Escalada: «No se detienen ni tres segundos; entran, echan un vistazo y se van, y la culpa no es suya», aseguraba. El historiador lamentaba así que la ausencia de luz impidiera que los visitantes tuvieran la oportunidad de admirar los elementos decorativos del templo. «Una vez que haya luz, debería ponerse en marcha una iluminación específica para resaltar ciertos elementos, capiteles y frisos, por ejemplo». Asimismo, el investigador se quejó de la ausencia de paneles informativos que ofrezcan al visitante los datos básicos respecto a la fecha de construcción, estilo, evolución, contexto histórico, estado actual, etc. Esa visita fue realizada junto a Gerardo Boto Varela, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Gerona, y los asistentes al congreso internacional Monasterio et territoria , celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid entre el 18 y el 20 de diciembre. «Los congresistas se quedaron petrificados -había dicho entonces Artemio Sánchez- al contemplar la situación del templo». Y es que, además de los poco adecuados accesos y la falta de baños públicos, carteles informativos y demás, el 9 de diciembre pasado la desgracia se cebó con el templo: el suelo se hundió por efecto de la filtración del agua de lluvia y un ara visigótica se cayó y a punto estuvo de romperse. Además, aparecieron grietas en sillares, columnas y arcos. Llama la atención que un edificio similar como es San Cebrián de Mazote, en Valladolid, se encuentre en perfecto estado mientras que el lastimoso peregrinaje de esta joya leonesa no parece tener fin. Otro problema que aqueja al monumento es el de la falta de sustitución durante los descansos de la guardesa actual. El lunes y el martes (días que, según esta persona, se producen numerosas visitas) el templo está cerrado, así como el domingo por la tarde. El resto de días, el horario es de 10.15 a 14.00 y de 16.30 a 20.00. Por otro lado, otra novedad serán las trece farolas que iluminarán la subida al monasterio desde la carretera.