El grupo teatral que dirige el leonés Fernando Urdiales se atrevió con «Celama» de Mateo Díez
La compañía leonesa Teatro Corsario cumple 25 años en los escenarios
El 23 de junio de 1982 estrenaron en León su primera obra, «Sin abuso de desesperación»
El 23 de junio de 1982, León acogió el estreno de Sin abuso de desesperación, una adaptación de piezas cortas de Tenneesse Williams que suponía el primer montaje de una compañía de nuevo cuño. Ésta había sido bautizada como Teatro Corsario, en un guiño a los polémicos Escritos corsarios de Pasolini, y haciendo referencia a la vez a «una cierta idea de independencia, de aventura y de compromiso», en palabras de quien se ha ocupado de su dirección desde entonces, el leonés Fernando Urdiales. Él, junto a una decena de compañeros que entonces compatibilizaban sus estudios con el ejercicio semiprofesional del teatro, decidieron apostar por la dedicación exclusiva y sumergirse en un reto artístico que este año cumple sus bodas de plata. Al lado de Urdiales, que de la noche a la mañana dejó atrás seis años de ejercicio de la medicina psiquiátrica, estaban profesionales como Luis Miguel García, Javier Semprún o Rosa Manzano, que han permanecido en la compañía desde entonces, y otros que con el paso del tiempo separaron su rumbo del de aquel barco, como Juan Ignacio Miralles, que un lustro después fundó La Ventanita. «Los primeros años fueron muy duros. Nos costó consolidar nuestra actividad profesional. En ese sentido se puede decir que somos pioneros del actual corpus profesional que existe en Castilla y León, que cada día es más numeroso dentro de las limitaciones que tiene una industria cultural tan escasamente desarrollada como ésta», reflexiona Urdiales. Como remota referencia en aquel despertar, el director de la compañía recuerda el movimiento que se vivía entonces en dos núcleos fundamentales: Cataluña (con Els Comediants, Els Joglars o Dagoll, Dagom) y Madrid (con formaciones dirigidas por Juan Margallo como El Gallo Vallecano o Tábano). 25 años después, su último estreno ha sido La barraca de Colón, escrita por el propio Urdiales.