OPINIÓN
Empiezan los nervios
SI A UN ciudadano le preguntan qué ha pasado gordo en León en los últimos cuatro años, sin duda, citará entre otros asuntos el desplome de dos gárgolas de la Catedral. ¡Como para olvidarlo! En la Junta lo saben y ayer enviaron parte de su «artillería»: los consejeros de Cultura y Fomento -el pobre Silván sólo de adorno, porque no abrió el pico-, el director general de Patrimonio, el alcalde, el delegado de la Junta... Mucho cargo para una foto. Y es que hay nervios. Tienen prisa por dejar la Catedral resplandeciente, saltándose todos los plazos establecidos por la ley si fuera necesario, recurriendo a un truco que llaman «contrato por emergencia». Ojalá pusieran tanto empeño y celeridad en los múltiples problemas que aquejan al Patrimonio de León. Lo terrible es que nos tememos que tanta urgencia no obedece únicamente al delicado estado del templo, sino a la proximidad de las elecciones. De lo contrario, no se explica que en anteriores ocasiones se denunciara el lamentable estado de las vidrieras, que o se restauraban con urgencia o se perdían para siempre, y la Junta, lejos de enviar un cheque en blanco, permitió el cierre del Taller de Vidrieras, tras cortarle la subvención. Así que o nos explican la urgencia o tendremos que mirar la hemeroteca para contar las veces que el Cabildo ha clamado pidiendo obras inmediatas y las instituciones han mirado para otro lado...