Miembro de la Asociación Internacional de Epimiología
«El Instituto Bíblico Oriental trata de evitar la fuga de cerebros de León»
Es profesor de egipcio jeroglífico en el Instituto Bíblico y Oriental de León. Ha impartido conferencias en diversas instituciones y universidades europeas. Dedicado al estudio de las lenguas del Próximo Oriente antiguo, sus investigaciones en tradición egipcia en la cultura occidental aparecen en numerosas publicaciones especializadas. -Hace unos meses le han hecho miembro de la International Association of Egyptologist. ¿A qué se dedica esta institución? -La IAE es la más prestigiosa institución egiptológica. A ella acceden los investigadores y profesores más destacados de todos los países del mundo. Todos ellos dedicados de forma profesional a la egiptología desde sus institutos de investigación, museos o universidades. Con sede en Alemania, las naciones con un mayor número de miembros siguen siendo las que a lo largo de los siglos han mantenido una mayor tradición en los estudios del antiguo Egipto. Es decir, Francia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y el propio Egipto. En la actualidad, los miembros españoles rondan la cuarentena. -¿Qué papel ocupa España en la egiptología? -A pesar de que en la actualidad se comienza a contar con excavaciones y estudiosos de cierta importancia, todavía nos encontramos lejos del resto de países occidentales. Mientras los estudios sobre el Próximo Oriente antiguo, en general, no se implanten con seriedad en las universidades e instituciones españolas para que los jóvenes adquieran una base imprescindible a edad temprana, los investigadores de nuestro país se mantendrán en una segunda fila del panorama internacional. -Dentro de las instituciones dedicadas a los estudios sobre el Próximo Oriente antiguo en España y Europa, ¿qué lugar ocupa el Instituto Bíblico y Oriental? -Con respecto a eso todo está por decir. Somos una Instituto muy joven y , en cierto sentido, distanciado de los círculos académicos establecidos. Todo dependerá de lo que la institución sea capaz de ofrecer y demostrar a la sociedad en general y a la investigación en particular. La iniciativa es novedosa. Se trata de unir bajo un mismo techo el estudio de las lenguas más importantes del Próximo Oriente antiguo (sumerio, acadio, egipcio jeroglífico, ugarítico, hebreo junto al griego y el latín) y los estudios complementarios en materias como la historia, arqueología y religión. Todo con el fin de formar a investigadores del mundo antiguo, especialmente próximo oriental y bíblico, de una forma global, necesaria en el mundo de los compartimentos estancos y de especializaciones exageradas actuales. El IBO pondría al alcance del estudiante y del interesado en general una biblioteca especializada y un destacado fondo museístico para complacer las demandas todo aquel que esté interesado. Las posibilidades son enormes y la ilusión rebosante. Pero la consolidación sólo llegará con la demostración continuada de la seriedad y calidad tanto de las investigaciones, como de la docencia y la organización. -¿Y para León? -El IBO dará la oportunidad de estudiar de primera mano materias que únicamente se imparten en centros muy especializados y, en cierto sentido de difícil acceso, a todos aquellos que lo deseen sin ningún requisito previo. Evitará la huida de cerebros a otras ciudades en busca de una enseñanza adecuada a sus necesidades y atraerá a interesados de otros lugares a estudiar en León. Uno de los fines que me planteé cuando el IBO se implantó en nuestra ciudad fue ofrecer la cultura del antiguo Egipto interesado, sin que para ello tuviese que contar con posibilidades para viajar a otras ciudades o países. -¿Cómo son los alumnos que asisten a sus clases de egipcio jeroglífico? -Cuando el IBO abrió sus puertas la difusión de lo medios y la novedad atrajeron a muchos alumnos. Por entonces nos visitó Carmen Pérez Díez, directora del Departamento del Próximo Oriente del Museo Arqueológico Nacional, y me confesó su sorpresa al saber que contaba con sesenta alumnos en una ciudad tan pequeña como León. Número que rara vez alcanzaban los cursos que se ofrecían en el Arqueológico. Como era de esperar, todo se ha tranquilizado en los cuatro años siguientes. Aquello que se masifica corre el riesgo de convertirse en vulgar. En la actualidad una veintena de leoneses acuden a las clases.