«Es paradójico que nos den el premio revelación tras 25 años de trabajo»

Teatro Corsario recibía ayer de madrugada el Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación por La barraca de Colón , un espectáculo «apócrifo y crítico» que desvela los últimos días del héroe caído en desgracia. Fernando Urdiales asegura en esta entrevista que esperaba que el galardón hubiera llegado el año pasado con Celama , y muestra su certeza en el hecho de que la celebración de los 25 años marcará un punto de inflexión en la compañía. -Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación después de 25 años de historia. ¿No es un poco irónico? -Pues sí. Creo que, antes de nada, es una muy feliz coincidencia, pero, por otro lado, es paradójico que nos den este premio cuando vamos a cumplir un cuarto de siglo de trabajo. Me anima a pensar que cuando cumplamos cien conseguiremos el de Mejor Espectáculo Teatral. -¿Por qué cree que el año pasado Teatro Corsario no logró el premio con «Celama»? -Yo siempre aposté por Celama , porque tenía la confianza en un espectáculo peculiar y, por supuesto, al tratarse de un texto mío, mucho más personal. Lo que ocurre es que la suerte, a veces, también influye. -¿Viajará más «Teatro Corsario» después del premio? -No sé si la compañía, pero seguro que sí lo hará La barraca de Colón , porque aún no ha dado todo lo que puede ofrecer. El crédito de los Max es muy importante y estoy seguro de que llegaremos a lugares que aún no habíamos visitado. -¿Qué es «La barraca de Colón»? -Es uno de los montajes más populares de Teatro Corsario, sin duda para todos los públicos. Celama era más difícil, pero La barraca tiene una fórmula más asequible, sin hacer concesiones a intereses comerciales. -¿Cambiará algo a partir de ahora? -Pues sí, pero no sólo por el premio. La celebración de los 25 años se convertirá en una reflexión, un replanteamiento de la compañía. -¿En qué sentido? -Nuestra acción debe ser más rentable. Es cierto que sería bueno que la administración nos apoyara más, pero nosotros debemos hacer también un esfuerzo para poner en marcha una estrategia que desemboque en una mayor rentabilidad. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, haciendo una distribución de los montajes más eficaz, más sustentada por la comunidad que nos acoge. -Pero eso también se consigue con más medios. -Lo primordial ahora es comenzar a estudiar la posibilidad de tener un lugar estable, gozar de mayor proyección y una relación más orgánica con el público de la comunidad. -¿Cuáles son los proyectos a corto plazo? -Para empezar, estrenamos una obra de Lope de Vega, Los locos de Valencia , en el teatro de Almagro dentro de tres meses. -¿Y con vistas a la celebración de los 25 años? -Estamos montando una exposición que llegará a León en junio y que está patrocinada por Caja España. Contará con fondos fotográficos, audiovisuales, figurines... Además, incluirá pequeñas actuaciones, de unos veinte minutos, para que la muestra sea más atractiva. Entre ellas hay que destacar la de Luis Mateo Díez, que ofrecerá una conferencia, así como la actuación del grupo de improvisación Sin red. -¿Qué quedará de todo eso? -Pues quedará un libro y deuvedé en el que se realizará un montaje con la trayectoria de la compañía. -Será un buen momento para atraer a todos aquellos que aún son reacios a acudir al teatro. -Sí, pero hay que pensar, de verdad, en cómo llegar a ese público que no está enganchado. Para ello, es fundamental servir las obras, los montajes, de manera bien condimentada, sobre todo para los jóvenes. Creo que La barraca de Colón es una buena manera de conseguirlo. -¿Qué medidas debe tomar la Junta de Castilla y León? -La Junta se tiene que plantear que ya tiene una escuela superior de teatro en Valladolid con un nivel muy alto. Deben crecer los circuitos y la difusión teatral, crearse lugares de trabajo para estos nuevos actores y que no tengan que abandonar la comunidad... Promocionar el teatro e impulsar las ideas nuevas. -¿Es necesario un gran festival de teatro en la comunidad? -Creo que lo que resulta fundamental es la integración en el teatro de este país. Hay que darse cuenta de que no sólo se hacen buenos montajes en Madrid y Barcelona. Tenemos que transmitir que en el resto de España también se hacen cosas interesantes. Hay que derribar barreras para llegar a todos, y eso es aún una asignatura pendiente. En cuanto a lo que me dice, ya hay cosas, como el teatro de calle de Valladolid, el Festival de Salamanca o Titirimundi. Lo que sí toca es acoger en la comunidad la celebración de los premios Max, si no el próximo año, al menos dentro de dos.