«El libro tiene una salud a prueba de bombas y de intelectuales»

Tomás Álvarez, cepedano de Villamejil, periodista de larga trayectoria -sobre todo dentro de la agencia Efe, donde en la actualidad dirige el departamento de Economía-, divulgador de la historia cepedana y novelista ( El canto del alcaraván , El búcaro de azucenas ) pronunció ayer el pregón de la Feria del Libro de León 2007. Una anécdota vivida junto al historiador Claudio Sánchez Albornoz le dio pie al escritor para comenzar su intervención. El insigne investigador era, según comentó Álvarez, «la persona que yo haya conocido que más libros atesoraba: en el comedor no se podía comer, tenía pilas de libros sobre la mesa que alcanzaban los 70 centímetros y los había en las sillas, sobrepasando los respaldos; también había libros por los pasillos y en todas las habitaciones... cuando le pregunté dónde estaba el baño, me indicó que quitara los libros de encima del váter y los colocara sobre el lavabo». «Pero que los volviera a poner en su sitio que allí estaban más seguros». Eran días en los que ambos vivían en Argentina y Sánchez Albornoz colaboraba en la agencia Efe. El historiador quería que se le pagara en dólares pero Álvarez siempre le convencía para aceptar pesos. «Eres un hombre diplomático, tú; cuando a mí me nombren arzobispo, yo haré que te designen embajador», decía Albornoz. Ayer, Tomás Álvarez se sintió un auténtico «embajador» de la lectura en la Feria del Libro leonesa. Y aprovechó, sobre todo, para destacar la «salud de hierro» de la que goza el libro en la actualidad, una salud «a prueba de bombas y de intelectuales», dijo. Porque el periodista cepedano trazó una historia sucinta de todos los agoreros que, «desde hace cien años -apuntó-, han venido pronosticando la muerte del libro». Presagios equivocados «Ya cuando se inventó la radio se dijo que el libro iba a desaparecer. Cuando surgió la televisión, lo mismo; y con Internet, ya véis lo que se está diciendo». «McLuhan, en los años setenta, vaticinó en su aldea global que en pocos años se dejaría de escribir, y Negroponte, en los noventa, presagió un mundo de pantallas de ordenador con su libro Ser digital ». «Es curioso -prosiguió Álvarez- que para pronosticar la muerte del libro tuvo que, precisamente, escribir uno, y además uno de mucho éxito. También Bill Gates, hace siete años, dijo que en un siglo iban a desaparecer el cine, la radio y los libros». En cambio, «hoy se editan en España unos 70.000 libros al año; más que nunca, y en concreto León es buena prueba de esta salud. La tierra leonesa es un paraíso literario, tanto porque es la región en la que más escritores por metro cuadrado hay de toda España como por las excelentes editorales que hay en ella». En cuanto a datos, Álvarez dijo que las exportaciones de España en materia editorial rondan el 3% de todo el comercio mundial y que esta industria emplea «a unas 100.000 personas en todo el país».