Diario de León

El prolífico Sierra i Fabra desveló que para él escribir fue, al principio, «un acto de autodefensa»

Martín Garzo: «Sólo en algunos instantes privilegiados comunicamos de verdad»

El autor participó en «Escribir bien para leer mejor», las jornadas de la Fundación SM

G. Moure, Jordi Sierra, Jaime García, Gómez Cerdá y Ricardo Gómez

G. Moure, Jordi Sierra, Jaime García, Gómez Cerdá y Ricardo Gómez

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E. Gancedo - león
León

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Plena de intensidad, hondura y lirismo, la conferencia de Gustavo Martín Garzo en el simposio de la Fundación SM Escribir bien para leer mejor , celebrado en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil Leer León, tomó la alternativa a la jornada de anteayer, protagonizada sobre todo por técnicos de la literatura. Martín Garzo abrió el tiempo para los escritores animando al público -formado sobre todo por docentes- a luchar para que los niños se conviertan en «lectores voraces». Pero no sólo insistió en ese particular, sino que recordó la importancia que tiene el que los alumnos dediquen tiempo a escribir, rememorando las útiles «redacciones» de su infancia. Las frases brillantes y las definiciones precisas con respecto al arte y necesidad de la escritura se sucedieron en los labios del autor de Tres cuentos de hadas . «Escribir es conquistar las palabras», dijo, citando a Nélida Piñón. «Conquistarlas para poder expresar acertadamente lo que llevamos dentro». Habló el vallisoletano de la adolescencia, etapa «muy especial» de la vida en la que se suele comenzar una «búsqueda», una lucha por «encontrar las palabras que nos faltan» y que expliquen el cúmulo de sentimientos nuevos que experimenta el joven. No obstante, advirtió que sólo «en algunos instantes privilegiados logramos contar de verdad, transmitir de verdad». «Escribir no es distinto de hablar», reflexionó, precisando que es más bien «hablar con alguien que no está, y que no sabemos ni siquiera quién es, pero a quien queremos convocar con nuestras palabras». Esa acción, además, «nos ayuda a pensar». Y lanzó otra nueva definición de la escritura: «Es hablar con el pensamiento». Porque Gustavo Martín Garzo se ayudó de diversas vivencias de su infancia, alguna especialmente dolorosa, como la pérdida de un amigo, para asegurar que llegó un momento en el que descubrió «una especie de poder que no tenía antes», el de «hablar con quienes no están al lado, incluso con quienes han muerto». Y todo mediante el propio acto de fabular. Enriquecimiento recíproco Escribir, dijo, es la búsqueda constante de un «interlocutor providencial». Los poetas son quienes mejor hacen esto, puesto que, paradójicamente, «hablando como hablan de lo más íntimo, de lo más suyo, llegan a lo más común». Arte que tiene que ver con ese raro órgano que es el corazón, «órgano de la intimidad pero que a la vez nos permite abrirnos a los demás». «Contamos, al escribir -continuó-, no sólo lo que llevamos dentro, sino que esa acción nos da algo a nosotros mismos, nos obliga a pensar. Escribir es encontrar cosas, tener hallazgos», reveló. Y esto es así porque «nos faltan cosas». A este respecto, Martín Garzo mencionó una antigua leyenda del ciclo artúrico según la cual el caballero Perceval llega a un reino desolado, pobre y desierto. Le recibe el Rey Pescador, enfermo y triste. Perceval teme preguntar cuál es la causa de todas esas desdichas y huye avergonzado. El reino queda yermo. Si Perceval hubiera hecho esa pregunta, existiría alguna posibilidad de salvación. Si la pregunta, la acción, se hace (como en otro cuento emparentado con aquél, el de la Bella Durmiente, en ese caso en forma de beso, «otra forma de comunicar»), la situación cambia. Por eso, escribir es hacerse «esa pregunta, es interrogarnos acerca del mundo». El acto de narrar supone, según su parecer, «la huella de un cuerpo concreto, su paso por el mundo». Y el libro, en su conjunto, constituye «un lugar, una zona situada entre el mundo real y el mundo de los sueños; ese lugar que no abandonan ni los niños ni los amantes...». Tras la intervención de Martín Garzo se celebró una interesante mesa redonda formada por los escritores Jordi Sierra, Alfredo Gómez Cerdá, Gonzalo Moure y Ricardo Gómez, moderada por el catedrático de la Complutense Jaime García Padrino, quien, entre otros temas, preguntó a los autores por qué, en el fondo, escriben. «Escribir nos obliga a pensar por nosotros mismos. Escribir es encontrar cosas, tener hallazgos» GUSTAVO MARTÍN GARZO Escritor

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