«Para crear un tiempo propio hay que liberarse de la narrativa temporal»

-La noción del tiempo es una constante en su obra. De hecho, el cuento de Borges «El jardín de senderos que se bifurcan» está presente en la muestra ¿Podemos crear nuestro propio tiempo? -Para contestar esa pregunta es muy importante pensar en la relación que tenemos no sólo con el tiempo, sino con la duración del tiempo. Porque ¿qué es lo que queremos decir cuando hablamos de vacaciones, de trabajo, de tiempo libre? ¿qué, cuando nos referimos a ver la televisión, a ir a un museo o a escuchar música? ¿pensamos que esas acciones son trabajo o tiempo libre? Tenemos que considerar cuál es la duración de un almuerzo, de soñar con una casa, de vivir en esa casa. Mientras vivimos, toda la duración está unida siempre a un guión determinado en el que se desenvuelve la narrativa. Creo que es importante liberarnos de esa narrativa y, al tiempo, ser conscientes de ella para poder ser creativo, para crear nuestro propio tiempo. -Como un juego, fundamental en su trabajo ¿no es cierto? -Para mí resulta esencial. El juego es muy importante en el trabajo que desarrollo. En la exhibición he tratado de conseguir que el arte se convierta en algo con lo que el público pueda jugar. El juego es algo que no se ciñe al simple entretenimiento. Jugar supone esconder y mostrar, hacer que las cosas aparezcan y desaparezcan. Cuando hablábamos antes de la relación que trato de tener con el público le decía que intento dialogar con él, hacer que se cuestione cosas pero, en ocasiones, puede que también juegue con él tratando de engañarle. Puedes jugar con cualquier cosa y en cualquier lugar. Esa es una constante de mi trabajo: seguir jugando.