Diario de León

Murríu la voz de L'Altu Sil

La autora de tantos, tantos cuentos y poemas en patsuezu, la variante más occidental del asturleonés, y madre del escritor Roberto González-Quevedo, falleció ayer en León Opi

En su juventud, la escritora vivió en diferentes ciudades españolas

En su juventud, la escritora vivió en diferentes ciudades españolas

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Emilio Gancedo - león
León

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«Paecía que nunca diba a pasare, ya mira...». Ayer, Roberto González-Quevedo, antropólogo y filólogo, extraordinario continuador de la obra de Eva González, nos comunicaba así la muerte de su madre, la cantora del concechu de Palacios del Sil y principal impulsora, iniciadora e inspiradora de un movimiento de recuperación y revalorización de la lengua tradicional de la montaña occidental leonesa que actualmente continúa extendiéndose por gran parte del viejo reino. Eva González Fernández murió en la ciudad de León a muy avanzada edad. Había nacido en Palacios del Sil en 1918 y comenzó a escribir tarde, a finales de los años setenta. En 1980 publicó su primer libro en colaboración con su hijo, el también escritor palaciegu , académico y hoy secretario de la Academia de la Llingua Roberto González-Quevedo: Poesías ya hestorias na nuesa tsingua . A éste le seguirían unos cuantos más: Poesías ya cuentus na nuesa tsingua (1980), Bitsarón: Cousas pa nenus ya pa grandes na nuesa tsingua (1981), Xentiquina (1983), Xeitus: poesías ya cuentus (1985) y Brañas d'antanu ya xente d'anguanu: poesías ya cuentus (1990). En la mayoría de ellos, Eva González nos abre las puertas de un mundo mágico: el de los montes, brañas, cabanas , chanos, hórreos y campietsus de su comarca natal, poniendo casi por vez primera en letras de molde el inmenso patrimonio oral, lingüístico y etnográfico del Alto Sil, zona que comparte habla y mitología popular con otras zonas del noroeste leonés como Laciana y Babia, y también con todo el suroccidente asturiano. Escribía en lo que tradicionalmente se ha conocido como patsuezu (también escrito pal.luezu ) y que no es otra cosa que la variante más occidental de las tres en las que se subdivide el dominio lingüístico asturleonés. Hay obra inédita Eva González también escribió cuentos en diferentes libros colectivos, como Ruda, Ruda , en Cuentos de nós (1983) y Las tres fichas , en Cuentos de Lleón . En 1991 se recogió toda su obra poética en un solo volumen bajo el título de Poesía completa (1980-1991) , editado por la Academia de la Llingua Asturiana con prólogo de Ana Cano González. Pero la obra de Eva González no acaba ahí: aún duermen en el cajón muchas narraciones suyas no publicadas, y, muy especialmente, una Hestoria de la mia vida que es una pequeña novela en la que la autora palaciega relata las vicisitudes de su vida. La familia piensa publicarla en un futuro próximo. Por otro lado, es de justicia reseñar que también se editó, en el año 2003, una edición conmemorativa de Brañas d'antanu ya xente d'anguanu con una selección de sus mejores poemas. Lo hizo la Concejalía de Juventud que entonces dirigía Abel Pardo con motivo de un homenaje tributado el 13 de junio de ese año en el salón de actos del Ayuntamiento. En el evento se leyeron poemas de la escritora, se glosaron sus aportaciones literarias y su calidad humana, su hijo Roberto González-Quevedo recogió una placa y actuó la Banda de Gaitas Ciudá de Llión. Un acto que lo fue en cierta manera de «desagravio» pues otra institución leonesa, la Diputación, había rehusado sin más ni más publicar las obras de madre e hijo Poesías ya cuentos na nuesa tsingua pese a que por entonces ya habían alcanzado auténtica notoriedad. En muchos libros, poemas y cuentos, en ese espíritu lleno de inteligencia y sabiduría popular que siempre sobrevuela en las obras de su hijo Roberto González-Quevedo ( L.lume de l.luz , Pol sendeiru la nueite , etc.), vive Eva González. Esa mucher que comenzaba uno de sus poemas así: «Un día de Santa Marina/ daba compaña a mia madre:/ ciega dafeitu, viechina,/ tenía ganas de partsare./ Díxome: 'Arímate a mí/ pa que you pueda palpate/ las manos ya contaréite/ lo qu'enxamás dix a naide'». Siempres m'alcordaréi de ti. Siempres. En pasando mil ya mil outuenos. Cuandu yá nun haiga andurinas. Cuandu you viva no suenu d'una nuble. Siempres m'alcordaréi de ti. Roberto González-Quevedo. En «Pan d'amore»

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