De Filipinas a Caracas o Sao Paulo
Los viajes de Dutifrí tenían como objetivo, además de ver a otros españoles en un contexto diferente, servir de denuncia. El caso de Pablo Echevarría es paradigmático. Este español lleva diez años en la cárcel sin que se le haya aplicado un juicio justo. «Ha quedado como cabeza de turco de un crimen con demasiados claroscuros», proclamó. No es todo. «El desespero de determinadas bolsas de marginación produce monstruos», comentó Sardá en alusión a las partes más negativas de su paseo por el mundo. Denunció que las condiciones son deplorables en Caracas o Sao Paolo y que eso genera una violencia enorme. De su nueva visión del mundo critica que «el peso de la religión es enorme» y que es el eje central de todos los viajes. «¡A ver quién tiene narices para meterse con determinadas religiones hoy día!», exclamó con indignación. A la pregunta de si aún tiene el gusanillo del plató, donde el showman se mueve como pez en el agua, Sardá es rotundo, de momento. «Sería un momento estupendo para volver ahora que se ha ido Buenafuente... Pero no pienso volver a la televisión», afirma. Y a renglón seguido añade que «todavía me queda por ver mundo».